Si con el primer volumen de esta serie ya quedaste boquiabierto, prepárate para ver Tiny House Nation 2, segundo ciclo de esta serie de Netflix que trae más soluciones innovadoras e ingeniosas para construir mini casas perfectas en que cada espacio se utiliza de manera eficiente.
Vivir en espacios de máximo 50 metros cuadrados no es fácil, pero John Weisbarth y Zack Giffin, expertos en el tema, viajan por todo EE.UU. ayudando a diferentes familias (siete en total en esta temporada) para construir un hogar perfecto, donde puedan estar seguros y cómodos para hacer lo que más les gusta cuando están en casa.
Ojo, que estas mini casas no son casas rodantes, sino residencias construidas con todos los elementos, materiales y métodos que se usan para hacer una vivienda “normal”.
Desde hace más o menos una década que las tiny houses se han convertido en una tendencia, un movimiento que sobre todo los más jóvenes han adoptado, cansados de tener que amarrarse a grandes hipotecas y vivir en un sólo lugar para siempre.
Achicarse es una manera, también, se ser más sustentables con el medio ambiente, al reducir el espacio desperdiciado y el gasto de energía, vivir de una manera sencilla (sin tanta inversión en muebles y otras cosas desechables, por ejemplo) e interactuar más con los espacios abiertos que rodean a estas construcciones.
Espacios multifuncionales
En la serie se muestra cómo cada rincón y mueble puede ser multifuncional, en espacios bien iluminados utilizando la luz natural y con la ayuda de adelantos tecnológicos que permiten optimizar los sistemas de la casa.
¿Un ejemplo? En la serie verás cómo la vivienda de un músico que se va de Los Angeles a Tennessee puede acogerlo a él, su esposa y sus dos hijas, así como también a los gustos de cada uno: un piano y guitarras para él, un estudio para coser pensado para su mujer y hasta un rincón con espejos y una barra de ballet para sus pequeñas. Todo en 35 metros cuadrados.
O el episodio en que un enfermero de Florida que quiere itinerar por EE.UU. pide ayuda para construir una casa tan pequeña que pueda transportarla cada tres meses hasta otro punto del país.