Un año después del debut de la segunda temporada de Oscuro deseo, Maite Perroni retorna en otra serie mexicana marcada por el suspenso: Tríada, pero no en uno, sino que en tres papeles.

Esto porque con el nuevo espacio de Netflix, escrito por Leticia López Margalli, la actriz deja atrás a la abogada de la anterior producción para demostrar su versatilidad desdoblándose en pantalla.

Lo que realiza a través de ocho inquietantes episodios que tienen como punto de partida el momento en que una mujer, claramente perturbada, llega de forma violenta a la consulta de su psiquiatra.

A la que, con pistola en mano y tras herir a varios en su camino, la visitante, que la profesional reconoce y llama Aleida (Perroni), lleva de forma obligada a la azotea del edificio.

Donde tras una discusión, Aleida es herida por la policía y enfrentada por una perito forense que queda sorprendida al ver que la atacante es igual a ella y la llama por su nombre: Becca.

Hay alguien más como yo

Con lo que esta oficial, también interpretada por Perroni, enfrenta muchas interrogantes, mientras el Comandante Solana (David Chocarro) le da algunos datos sobre la mujer en cuestión.

Así se sabe que está casada, es directora de una empresa y comenzó a ver a la doctora Bátiz (Nuria Bages) a causa de un brote psicótico, pero hace poco había dejado la clínica psiquiátrica.

Sin embargo, las cosas se complican aún más cuando Rebecca le pide explicaciones a su madre y esta evita mencionar el tema, y luego se entera de la muerte de Aleida.

Ante lo que el caso policial se cierra rápidamente a petición de sus familiares y altas autoridades, dejando a Rebecca o Becca sola y decidida a investigar más sobre la verdad de su pasado.

Así descubre que fue adoptada ilegalmente, como reconoce su madre, y que el esposo y la madre de Aleida, Eugenio (Flavio Medina) y Pilar (Ofelia Medina), tratan de ocultar el crimen.

En busca de un misterioso origen

Pero faltan muchos misterios por dilucidar y el encuentro de Becca con Tamara (la misma Perroni), una bailarina de club nocturno que también es su gemela, solo complica la situación.

Ya que la forense se enfrenta a la negativa de Tamara de ayudarla y se da cuenta que posee una conexión con ella, al igual que con la fallecida Aleida, que la hace temer por su cordura.

Al mismo tiempo que la protagonista lidia con sus problemas personales, que incluyen un latente alcoholismo y una relación amorosa con el casado Solana que le es imposible superar.

Y Tamara acepta la propuesta de Eugenio de hacerse pasar por su mujer ante la directiva de la empresa familiar, en uno de los hechos que rápidamente se van sucediendo en la imparable Tríada.

Cuya historia no solo incluye misterio y bebés adoptados, sino que también experimentos, ambición, pérdida y algo de sexo, siempre con Perroni como el triple motor de su cautivante relato.

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