Tribus de Europa: la nueva apuesta alemana de Netflix con jóvenes en peligro
La productora W&B Television, la misma detrás de Dark, realizó la serie centrada en tres hermanos adolescentes y su aventura en un Viejo Continente postapocalíptico.
Los jóvenes son presa fácil del peligro en varias de las producciones que el streaming ha ofrecido en el último tiempo, ya sea en comedias de terror, thrillers o ficción. Los mismos que ahora llegan a Netflix para enfrentar un desafío postapocalíptico en Tribus de Europa.
Así se titula la nueva serie alemana de la plataforma, que Philip Koch creó luego de que quedara dando vuelta en su cabeza la idea del Brexit -con que Reino Unido abandonó la Unión Europea- y se imaginara al Viejo Continente disuelto tras una catástrofe en 2029.
Un hecho al que se refieren como Diciembre Negro, relacionado con una gran falla tecnológica -”el apagón global”- y que sumió en la oscuridad, literal y figurativamente, a los habitantes de Europa, la que ahora está dividida en varios grupos que luchan por sobrevivir.
Entre ellos la tribu de los Origines, pacífico clan que en 2074 vive en los bosques y al que pertenecen los hermanos adolescentes Liv (Henriette Confurius), Kiano (Emilio Sakraya), y Elja (David Ali Rashed), cuya tranquilidad se interrumpe cuando ven caer una aeronave.
Tras precipitarse a tierra, la encuentran los hermanos y la gente de su aldea, para descubrir que pertenece a una tecnología que no es del mundo antiguo, sino que más avanzada. Su piloto es de la tribu de Atlanta y porta con él un extraño objeto.
Los hermanos dividen caminos
Un cubo que contendría la clave sobre un peligro inminente, que le entrega al quinceañero Elja y pide que cuide a toda costa. Al mismo tiempo que los guerreros de los Cuervos atacan la aldea Origin, al igual habían hecho poco antes con un poblado de los Crimson.
Este ataque deja en claro que los Cuervos harán lo que sea por el cubo y provoca que los hermanos dividan sus caminos. Por un lado, Kiano y su padre quedan hechos prisioneros y los trasladan a Brahtok, la ciudad antes conocida como Berlín donde el belicoso grupo vive.
Hasta acá llevan también a los habitantes de otras tribus que esclavizan y obligan a trabajar en fábricas donde elaboran una especie de droga llamada Wolk, bajo la supervisión de la inclemente Varvara (Melika Foroutan) y que comercializan por todo el territorio europeo.
Al mismo tiempo, a una herida Liv la rescata una patrulla militar de la República Crimson y su comandante, el gentil David Voss (Robert Finster), la lleva hasta su centro de operaciones en la frontera, mientras ella nunca deja de pensar en rescatar a su familia.
Y, por su parte, Elja conoce a Moses (Oliver Masucci, el popular Ulrich de Dark), un chatarrero que se dedica a rescatar tecnología antigua y que, tras un accidentado encuentro, se asocia con el muchacho para reparar y luego sacar provecho del preciado cubo que transporta.
Una aventura por un mundo distópico
Así, en sus seis capítulos Tribus de Europa muestra de manera paralela lo que sucede con estos hermanos. Con el más pequeño de ellos enfrentando una aventura junto a Moses a lo largo del territorio que recorren en una vieja camioneta, donde no estarán ajenos a los peligros.
O Kiano tratando de ser parte del reto del Boj, donde los esclavos luchan a muerte entre sí para lograr la victoria que los convierte en un Cuervo; y Liv ayudando a los Crimson a sacar información a una prisionera para que puedan lograr entrar a la fortificada Brahtok.
La nueva apuesta de Netflix junto a la productora alemana W&B Television, la misma detrás de la aplaudida Dark, que una vez más conjuga el peligro de un entorno hostil con la valentía de los jóvenes, en un mundo distópico y con un elemento tecnológico clave.
Pero Tribus de Europa suma personajes más “luminosos” -como el antihéroe Moses- con una fotografía que logra sacar partido tanto al verdor de los bosques como a la oscuridad de una fábrica, mientras la música electrónica se encarga de dar el ambiente adecuado a sus escenas.
Un espacio que por la violencia y algo de sexo que incluye no es apto para niños, pero que no defraudará a los jóvenes y adultos que acepten el desafío de acompañar a Liv, Kiano y Elja por una Europa dividida, cuyo futuro se relaciona con el arca perdida de los Atlantes.
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