Josh Lucas, Mark Ruffalo y Paul Rudd son algunos de los coprotagonistas de comedias románticas de Reese Whiterspoon, a los que por su papel en Tu casa o la mía se suma Ashton Kutcher.
El actor estadounidense que hace poco apareció brevemente en la serie That ’90s show de Netflix, como un maduro Kelso, para ahora volver a la plataforma en una película sobre amor y amistad.
La que fue escrita y realizada por Aline Brosh McKenna, quien con este filme debuta en la dirección luego de una extensa carrera como guionista de conocidas cintas, como El diablo viste a la moda.
Una nueva faceta para Brosh donde además tiene la misión de guiar a Witherspoon en su retorno a las películas y un género muy conocido para ella, luego de estar enfocada en su rol de productora.
¿El resultado? Una cinta atractiva y con varios momentos de diversión, que, como es de esperar, tiene como unos de los elementos claves el perpetuo encanto de Witherspoon en pantalla.
De una costa a otra de Estados Unidos
La cual tiene su punto de partida en la ciudad de Los Angeles de 2003, cuando unos veinteañeros Debbie (Witherspoon) y Peter (Kutcher) pasan una apasionada noche en la casa de ella.
Sin embargo, 20 años después solo son grandes amigos que viven a kilómetros de distancia: Debbie aún en su casa en las colinas de la ciudad californiana y Peter en Nueva York.
Por lo que cuando ella debe asistir a un curso en la Gran Manzana, él la invita a quedarse en su departamento. Pero esto varía un poco cuando la persona que iba a cuidar al hijo de Debbie falla.
Ante esto, Peter viaja a Los Angeles para cuidar al preadolescente Jack (Wesley Kimmel), mientras su amiga se instala en su apartamento, en el inicio de un gran cambio de rutina para ambos.
Una semana durante la cual él se convertirá en el guardián del jovencito, tratando de no olvidar ninguna de sus alergias, mientras intenta que retome la amistad con un compañero de escuela.
El cambio de vida de Debbie y Peter
Al mismo tiempo que Debbie entabla amistad con una vieja novia de Peter, Minka (Zoe Chao), y conoce a un atractivo editor literario que queda fascinado por el gusto en novelas de la contadora.
Pero todavía falta que los protagonistas descubran que su amistad esconde algo más, como es de esperar, con la ayuda de los nuevos y viejos amigos que pasan a formar parte de sus vidas.
Lo que ocurre mientras se mantienen en contacto vía videollamadas -solo están juntos unos minutos del metraje-, haciendo que el recurso de pantalla dividida se repita muchas veces a lo largo de la cinta.
Por lo que Tu casa o la mía deja algo de lado el romcom para centrarse en el desarrollo personal de sus personajes, con Peter hallando su lado paternal y Debbie aceptando su pasión literaria.
Lo que ofrece una nueva mirada al género, que quizás no complazca a los seguidores de la comedia romántica, pero logra entretener a quienes buscan pasar un buen rato sin grandes dramas en pantalla.