No es común que, en una época en la que estamos acostumbrados a ver adaptaciones en formato live action de clásicos del cine y el anime (como la cuestionada versión de Death Note de Netflix, o el reciente remake de Dumbo bajo la dirección de Tim Burton), podamos ver el proceso contrario en alguna producción.
Ese es precisamente el caso de Ultraman, la exitosa serie japonesa estrenada en la década de los 60 y producida en formato de “live action” (básicamente porque fue grabada por actores en vivo), que Netflix re versionó como anime y estrenó en marzo.
Y la verdad es que, a diferencia de lo que ocurre con la gran mayoría de los remakes estrenados en el último tiempo, en este caso el resultado es bastante positivo, pues el nuevo relato cuenta con dimensiones visuales y dramáticas mucho mejor desarrolladas que la historia original.
El “nuevo” Ultraman
Uno de los elementos que más llama la atención de este nuevo Ultraman de Netflix es la técnica con la que se lleva su historia a la pantalla. Hay que decir que, aunque está catalogada como un anime, a ratos parece mucho más una serie de animación en 3D o una película de realidad aumentada. Esto porque, con fines de darle mayor espectacularidad y dramatismo a algunas escenas, la tradicional animación japonesa en dos dimensiones se combina con propiedades espaciales intrínsecas del 3D.
Y aunque a ratos —sobre todo al inicio— este efecto puede distraer y parecer un poco molesto, termina por otorgarle cierta riqueza e identidad visual a esta adaptación, que realmente se disfruta en las escenas de batallas, por ejemplo.
Como era de esperar, la historia también muestra varios cambios frente a la original (que se puede disfrutar casi completa en varios canales de YouTube). Revisa el trailer acá:
Aquí la historia se centra en Shinjiro Hayata, un joven estudiante de secundaria que desde pequeño muestra una inteligencia y una fuerza superior a la de cualquier ser humano.
Lo que él no sabe es que heredó los genes de Ultraman, que durante años ha protegido la Tierra de ataques extraterrestres y quien, en realidad, es su propio padre. De esto se entera luego de ser atacado por el malvado Bemular (en foto principal), una especie de robot alienígena súper avanzado que pretende destruir a todo quien se le ponga por delante con tal de quitarle los poderes de Ultraman a los humanos.
Sin conocer del todo el verdadero origen de sus poderes, y ante el grave estado de salud de su padre luego de enfrentarse a Bemular, Shinjiro decide heredar el rol de Ultraman para defender a la humanidad de nuevas amenazas extraterrestres y combatir el crimen. Pero no será un proceso fácil, ya que amigos y enemigos hacen todo lo posible por frenar a Shinjiro en su afán de convertirse en héroe.
Ojo con las variaciones de este anime, porque si bien es una serie de ficción, hay elementos que logran otorgarle una sensación de verosimilitud mucho más grande que la producción de los 60: acá no hay actores disfrazados, ni cierres ridículos en los trajes, ni monstruos que parecen salidos del alcantarillado de Futurama; Este nuevo Ultraman se caracteriza por ser una producción de altísimo nivel, con un protagonista que, a pesar de sus poderes, es muy humano y complejo en lo dramático, y con villanos proporcionalmente temibles, en lo estético y lo político.