Desde hace varios años el fútbol se ha visto rodeado de conflictos por sus hinchas. Desde las barras bravas latinoamericanas, hasta los hooligans ingleses, este deporte siempre se tiñe de violencia. Ahora llega el turno de conocer a los hinchas italianos, con la película Ultras.
Esta historia, de casi dos horas, nos lleva al mundo de los barra bravas italianos, que aquí son conocidos como los ultras pero, ojo, los hechos y equipos que aparecen son totalmente ficticios.
El protagonista es Sandro (Aniello Arena), un líder de la barra brava de los apaches, equipo de Nápoles, quien a sus 50 años empieza a quiere dejar de lado este mundo. Incluso, desea empezar una relación y familia.
Mientras, Angelo (Ciro Nacca), a sus 16 años está adentrándose recién en este mundo. Muy cercano a Sandro, empieza a ser parte de los ultra, donde años antes fue miembro su hermano, pero este murió a manos de hinchas de Roma.
Sandro deberá de decidir si dejar o no este mundo, mientras una nueva facción más joven empieza a tomar fuerza entre los ultra de Nápoles, algo que empieza a poner en peligro a Angelo y genera una pelea entre los apaches.
No le alcanza para ser Hooligans
El fanatismo extremo de las barras siempre ha sido foco de producciones o documentales, sobre todo por su violencia.
Una de las producciones más recordadas es la película inglesa del 2005 Hooligans, protagonizada por Elijah Wood, que contaba la historia de las barras bravas de Inglaterra.
Y si bien la película inglesa pecaba a ratos en banalizar la violencia de estos grupos, tenía un excelente trabajo al mostrar su realidad cruda y sin censura.
Pero Ultras no logra lo mismo que su par de Inglaterra. El impacto en las historias no llega a ser muy interesante, se siente que pasa por la superficie de estos barras bravas y no logra meterse en las heridas del pasado de ellos y menos en la violencia que conlleva su vida.
El mundo oscuro y violento de estos personajes queda más en palabras y, más allá del clímax, no vemos la violencia que predican.
Una película adecuada para los fans del fútbol y el mundo de las barras bravas, pero que por su falta de acción y poco interés en sus historias, no logra sacar todo su potencial.
Aun así, tiene pequeños destellos que la hacen disfrutable.