Un abrazo de tres minutos: la pena y la alegría se abrazan en la frontera de México y EE.UU.
Gal García produce Un abrazo de tres minutos, un documental breve y emotivo sobre un grupo de familias separadas y que se reencuentran por unos segundos en la frontera de EE.UU. y México.
De las miles de historias que se cuentan en el catálogo de Netflix, la del documental Un abrazo de tres minutos debe ser la más breve de todas.
Como anuncia su título, es un hecho que duró apenas 180 segundos.
Es el registro de un suceso inédito, que ocurrió en mayo de 2018 en la frontera entre El Paso, Estados Unidos, y Ciudad Juárez, México.
Ese día, se abrió la frontera, en un evento llamado Abrazos, no muros, que organiza la ONG Red Fronteriza por los Derechos Humanos.
¿La idea? Que un grupo de familias separadas por las estrictas políticas migratorias de EE.UU. se pudieran reencontrar, aunque sea por un instante breve, tres minutos.
En apenas media hora, este cortometraje documental de Netflix -que tiene a Gael García Bernal como productor ejecutivo- registra el antes y el durante de este reencuentro.
Casi sin diálogos y con una sobriedad ejemplar, Un abrazo de tres minutos logra transmitir en apenas media hora toda la angustia y el sufrimiento de la separación que provoca la frontera.
Es un pena que por tres minutos se junta con la alegría, cuando la frontera se abre brevemente para que las familias se puedan reencontrar en un abrazo, que quizás sea el último que se den.
Son abuelas, abuelos, madres, padres, hijos, hermanos y primos, que le ponen rostro a la críticas medidas antimigratorias de Donald Trump, y que afectan sobre todo a los mexicanos.
Todos los sentimientos condensados en un registro corto, cuya emoción se realza con la música del ensemble del compositor belga Wim Mertens y del mexicano Amado López.
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