El catálogo surcoreano de Netflix continúa su expansión, volviendo al romance tras el suspenso de La chica enmascarada. Y lo hace con la particular trama de Un amor predestinado.
El k-drama escrito por No Ji-sul (Mi príncipe por cien días) y dirigido por Nam Ki-hoon (Oh, mi bebé), que mezcla los caprichos del corazón con fantasía y algunas cuotas de humor.
Una combinación ya conocida en otras producciones surcoreanas, como Nos vemos en mi 19.ª vida, que ahora guía los 16 episodios con la historia de Lee Hong-jo y Jang Shin-yu.
Los personajes interpretados por Jo Bo-ah (Mi extraño héroe) y Ro Woon (El afecto del rey, Mañana), respectivamente, que tienen una conexión particular: una antigua maldición.
La que ha afectado a la familia del atractivo abogado desde hace muchísimos años y se relaciona con una vieja caja de madera que llega a manos de la joven funcionaria municipal.
El encuentro entre Hong-jo y Shin-yu
Aunque hay algo más profundo que los une y se ancla con un hecho dramático que, en las encarnaciones que tuvieron en sus vidas pasadas, experimentaron hace 300 años.
Sin embargo, el inicio del relato se sitúa en el presente, cuando a Hong-jo lo trasladan a la División de Espacios Verdes del ayuntamiento de Onju y se reencuentra con Gong (Hyun Bong-sik).
Con quien tuvo un problema laboral en el pasado y ahora es su jefe directo, por lo que, para congraciarse, ella asume un caso problemático, relacionado con una casa en el monte de la ciudad.
La que está en ruinas y fue escenario de un asesinato, por lo que los vecinos piden su demolición. Pero esto no será tan fácil, ya que la vivienda es muy valiosa para una noble familia.
Un pequeño gran escollo en la nueva labor de Hong-jo que la lleva a la oficina de Shin-yu en el bufete Law & High, donde él se opone tajantemente a la demolición del santuario.
La antigua caja que pertenece a Hong-jo
Pero no es la primera vez que ellos se veían, ya que habían tenido un confuso primer encuentro, ni tampoco será su último cara a cara. Menos cuando la salud del abogado está en juego.
Ya que Shin-yu tiene una grave enfermedad genética, asociada a una maldición ancestral, que podría ser curada por lo que se encuentra en el interior de una misteriosa caja.
La cual solo puede ser abierta por su dueño real, o mejor dicho dueña, porque como le explica una chamana al protagonista, el cofre pertenece a Hong-jo, aunque ella lo ignora.
En la partida de una narración con la pareja protagónica muy lejos de gustarse, ya que él tiene novia y ella está interesada en su colega Kwon Jae-kyung (Ha Jun).
Sin embargo, el destino claramente unirá sus caminos, a pesar de la fatalidad que alberga su ancestral pasado, haciendo del romance y la fantasía los ejes de Un amor predestinado.