La valenciana Elísabet Benavent, la misma detrás de las novelas que inspiraron Valeria y Fuimos canciones, retorna a Netflix con otro espacio basado en sus libros: Un cuento perfecto.
La serie original de la plataforma dirigida por Chloé Wallace, que convierte el volumen homónimo publicado por Benavent en 2020 en un total de cinco emisiones marcadas por el romance.
Pero también por la comedia, como ya es una característica de las creaciones literarias de esta escritora española, una de las más exitosas, con varios superventas en su catálogo.
Entre los que se cuenta el volumen centrado en Margot y David, quienes, como en muchas de estas historias, provienen de mundos totalmente diferentes, pero se complementan a la perfección.
Los mismos personajes que llegan al streaming en la interpretación de Anna Castillo y Álvaro Mel, en un relato tan brillante como entretenido y con una gran química entre sus protagonistas.
Además de una hermosa fotografía, a cargo de Carlos Cebrián, que complementa de la mejor manera la historia de cómo se conocen y conectan los dos jóvenes que viven en Madrid.
Margot y David se encuentran
La ciudad en que el espectador conoce a Margot cuando está a punto de casarse con Filippo (Mario Ermito), su atractivo novio italiano, en la gran boda que ha organizado su madre.
Un evento fastuoso, como la heredera del imperio hotelero Ortega amerita, que nunca llega a concretarse, ya que ella decide abandonar la ceremonia tras un ataque de inseguridad.
Lo que ocurre al mismo tiempo que, en otro rincón de Madrid, la novia de David, Idoia (Lydia Pavón), termina con él, luego de decirle en la cara lo poco comprometido e infantil que es.
Sin embargo, el destino tiene planeado algo más para ellos y la noche en que Margot sale a “divertirse” con sus hermanas conoce a David, quien trabaja en el bar de su amigo.
Un primer encuentro que se repite y forma un vínculo entre ellos que pronto se convierte en amistad, y en el compromiso de ayudar el uno al otro a recuperar a sus respectivas parejas.
Lo que comienzan a planificar en las calles madrileñas y continúa en las de Atenas, a donde Margot invita a David sin contarle que es la dueña de los hoteles donde se hospedan.
En un viaje en que descubrirán que la atracción entre ellos es cada vez más evidente, poniéndolos en un camino inevitable hacia el romance y un final todavía incierto a su relación.