Desde su llegada a Netflix, Woo, una abogada extraordinaria se convirtió en todo un éxito entre sus abonados, acumulando ni más ni menos que 45,58 millones de horas de visionado en pocos días.
Un éxito a nivel mundial que hace eco de lo que sucedió con el k-drama en Corea del Sur, donde el número de espectadores aumentó exponencialmente tras su debut a fines de junio por el canal ENA.
Lo que refleja la buena llegada de las series centradas en personas que son parte del espectro autista, como The good doctor y Atípico, y también la buena factura del espacio escrito por Moon Ji-won.
El cual se centra en Woo Young-woo (Park Eun-bin), quien en su infancia fue diagnosticada con trastorno del espectro autista (TEA), luego de que su padre se preocupara porque no hablaba.
Sin embargo, de vuelta a casa este papá soltero, llamado Gwang-ho (Jeon Bae-soo), es atacado por su celoso arrendatario, lo que provoca que Woo comience a hablar clara e intempestivamente.
La llegada de Woo al bufete Hanbada
Y no solo se comunica sin problemas, sino que a sus cinco años de edad Woo puede repetir de forma detallada los artículos del libro de Derecho Penal que encontró en su hogar, ante la sorpresa de su padre.
Por lo que al ser mayor no es extraño que Woo se gradue de abogada y enfrente su primer día en el bufete Hanbada, para lo cual viaja en metro premunida con sus audífonos que la ayudan a evitar el ruido.
Ya que, como a varias personas con TEA, le afectan los sonidos fuertes y evita el contacto físico, por lo que viajar sola es todo un desafío. Sin embargo, la abogacía para ella es casi innata.
Como le queda en claro a su superior, Jung Myung-seok (Kang Ki-young), luego de que él le entrega un caso relacionado con un intento de asesinato y ella logra el mejor veredicto para su defendida.
Por lo que Woo se convierte en la pieza clave de distintos litigios -que se exponen en cada uno de los 16 episodios de la serie-, donde cuenta con el apoyo de su jefe y de Lee Joon-ho (Kang Tae-oh).
La visibilización de la neurodiversidad
El cual es otro abogado de la firma con quien ella puede conversar del tema que le obsesiona: las ballenas, que se convierten inesperadamente en protagonistas secundarias de la trama.
Porque Woo no duda en hablar de sus animales favoritos con quien quiera escuchar, mientra pone al servicio de sus defendidos su capacidad y creatividad al momento de encarar la justicia.
Como en los casos de dos hermanos que se confabulan para engañar a su hermano menor, el de un vestido de novia que se cae en un momento inoportuno y el de un joven con TEA acusado de homicidio.
Una última causa que le permite al k-drama abordar cómo la sociedad está lejos de saber manejar la neurodiversidad de muchos de quienes son parte de ella. Algo que quizás la serie ayude a cambiar en algo.
Porque si bien el espectro autista es tan amplio como difícil de abordar, Woo, una abogada extraordinaria da un gran paso, aunque no perfecto, en su visibilización, al mismo tiempo que desarrolla el drama judicial.
Lo que la convierte en una de las producciones surcoreanas más singulares y atractivas de lo que va del año, al mismo tiempo que su protagonista se convierte en una de las figuras más entrañables de la pantalla.