A 90 minutos de Santiago, por la autopista Los Libertadores, se llega a este hotel de montaña que está de Los Andes hacia la precordillera y donde los niños pueden hacer canopy, conocer una granja, jugar mini golf y bañarse en la piscina. El precio del alojamiento incluye las comidas.

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Aunque el San Francisco Lodge existe hace más de 10 años, sólo en los últimos años está como se ve: con seis edificios que funcionan como hotel y que tienen aspecto de refugio, y las cabañas para hasta 12 personas que están alrededor del edificio central, donde está el comedor, el quincho y la recepción.

Eso, además de las piscinas, el spa, las lagunas, las canchas de tenis y los senderos que hay en este lugar que está en plena precordillera, a 35 minutos de la ciudad de Los Andes.

Hasta allá llegan familias completas, sobre todo, porque es imposible que los niños se aburran entre todo lo que pueden escoger en el día: los juegos cerca del restaurante, las cabalgatas, el canopy (incluso hay para menores de 6 años), los talleres para preparar pizzas, el kayac, el mini golf, la visita a la granja y la cosecha de vegetales en la huerta, entre otros.

Y pese a que queda a 90 minutos tanto de Santiago como de Viña del Mar, los que llegan principalmente son santiaguinos buscando desconexión y un viaje expedito: se llega por la Autopista Los Libertadores que fluye muy bien, incluso en pleno febrero.

Desconectados entre cerros en San Francisco Lodge

El lodge está encajonado entre cerros, y hasta allá se llega por un camino con varias curvas que va en ascenso, que fue la huella que siguió el Ejército Libertador de Los Andes desde Mendoza a principios del siglo XIX.

Los módulos son especie de edificios con habitaciones para dos o más personas y donde, al igual que en las cabañas, no hay cocina, pues la idea es comer el buffet que sirven tres veces al día en el restaurante del lugar.

Son pocos los que no compran paquetes con pensión completa, pues no hay nada cerca del lodge para salir a comer y la estadía se disfruta mejor quedándose ahí, sin tener que sacar la billetera del bolsillo en ningún minuto.

Sólo para tener una idea, los programas se ordenan así: por 3 días y 4 noches, para 2 adultos y 1 niño, cuesta $730.000, mientras que 4 noches y 5 día (2 adultos y 2 niños), $ 840.000. 

En tanto, si prefieres 10 días -para 2 adultos y 2 niños- bordea los $ 1.600.000.

Y la comida es tipo buffet, tanto en la hora del desayuno, el almuerzo y la comida, donde hay de todo para elegir. En lo caliente, desde pastas, pescados, carnes a la parrilla y verduras grilladas, y en los platos fríos, muchas ensaladas y algunas veces ceviche, incluso. Para beber se incluyen los jugos y las bebidas calientes, pero si quieres bebidas o cervezas, hay un costo adicional.

No hacer nada o hacerlo todo

Hay para todos los gustos. Se puede partir el día acompañando a los niños a la granja, a ver vacas, gallinas, pavos reales, cabras y ovejas (hasta se puede alimentar a una con mamadera) o a la huerta, donde los más chicos pueden cosechar zapallitos italianos, zapallos, tomates y lechugas, entre otros.

Y si no, está siempre la opción de bañarse en las piscinas, una techada con agua caliente y otra al aire libre, ideal para estos días de calor.

Porque hay que decirlo: pese a haber 3°C menos que en Los Andes, en este lugar de lindos paisajes hace calor, aunque ayuda mucho la brisa entre cerros.

Esas corrientes se agradecen sobre todo en la noche, en las habitaciones, las que al no contar con aire acondicionado, son un tanto calurosas. Nada que no se solucione abriendo los ventanales y poniéndose repelente por si llega a entrar algún “indeseado”.

Atención como en casa

Como la idea es hacer que los pasajeros se sientan en su casa, todas las mañanas hay alguien que espera en el restaurante con una enorme sonrisa y un “buenos días”, además de una mesa que desde el día en que ingresas está reservada para ti y tu familia.

Es común que por cada mesa pasen los monitores avisando de las actividades de los niños, pero también las de los adultos, que van desde un paseo en kayac o stand up paddle por una de sus lagunas hasta un masaje en el spa, además de caminatas por los senderos interiores del lodge y cabalgatas. 

Ahora durante lo que queda de febrero aún hay habitaciones disponibles, pero lo que advierten es que para Semana Santa y para las vacaciones de invierno hay que reservar dos semanas antes.