[COLUMNA] Vinos blancos fragantes

[COLUMNA] Vinos blancos fragantes

Por Mariana Martínez.

La primavera y sus envolventes aromas a flores no están sólo  en el aire. Aquí presento una selección de vinos blancos fragantes y de cuerpos muy voluptuosos, ideales para acompañar platos que no esconden calorías. Todos han tenido más o menos guarda en madera y llenan la boca con una sensación grasa, con sabores a frutas dulces de carozo y miel. Un consejo: sírvalos frescos, como esta primavera, entre 12 y 14 grados.

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Von Siebenthal Riomístico Viognier 2014

Un vino con ese nombre sólo puede ser una delicia. Del abogado suizo que se enamoró de Chile, Mauro von Siebenthal, éste, elaborado con cepa viognier en el Valle de Aconcagua, encanta con su color dorado brillante y, luego, con sus aromas a azahares y miel. En boca, es suave como una seda, envolvente.

En El Barrio, del chef Chris Carpentier (A. de Córdova 4263), lo sirven por copa ($ 7.900), pero también está en botella ($ 27.000). Acompáñelo aquí con croquetas de jaiba ($ 6.200) o el delicioso papillote de curry con pesca del día ($ 11.200). Pregunte por las Noches Viñateras que está organizando su sommelier, Lautaro Soto.

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Morandé Gran Reserva Chardonnay 2014

El nuevo enólogo de Morandé, Ricardo Baettig, le quiso dar una vuelta al chardonnay para hacerlo más entretenido. Siguiendo el ejemplo de ciertos italianos atrevidos, fermentó parte de sus uvas con las pieles. Es así como, sin una larga guarda en madera, logra dar un paso más allá en sus notas maduras a durazno, para llenar la boca de suavidad y gran sabor.

En Jumbo vale $ 9.900, pero si no quiere cocinar, vaya por él a Constitución 88, a Como Agua para Chocolate ($ 18.900), donde varios platos de su carta invitan a descorcharlo, como el consomé marino o los pañuelitos de ave ($ 10.900 c/u).

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Emiliana Signos

Este vino 100% de uvas orgánicas enamora con su nada usual mezcla de cepas blancas: chardonnay, viognier, marsanne y roussanne. Todas juntas, llegadas de diferentes zonas de Francia, dan un manjar de color dorado intenso, con aromas a miel y papaya, y una sensación cremosa que envuelve la boca. Además, su rica acidez final le da ese equilibrio perfecto para acompañar platos calóricos, como el que soñó para él, y no se equivocó, el chef del restaurante Le Bistrot (Santa Magdalena 80, L. 7).

Tome nota, porque es uno de los mejores que he probado este año: fetuccini con trufas negras, foie gras y crema ($ 8.900). La copa de Signos en Le Bistrot vale $ 2.900 y la jarrita de 400 cc, $ 8.700, la que recomiendo, porque de este vino siempre querrá más.

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