A principios de 2018 se inauguró Liguria Lastarria, probablemente la más impresionante de la sucursales de este emblemático bar y restaurante de Santiago.
De partida, porque está ubicada en uno de los edificios más icónicos del barrio, la Casa Valdés Freire, el inmueble de la esquina de Lastarria con Merced proyectado en 1906 por Alberto Cruz Montt, el mismo arquitecto de la Bolsa de Comercio y el Club de La Unión.
Además por el tamaño del local: 1.800 m2, con cuatro niveles, incluyendo uno de oficina y terraza interior, y por supuesto con toda la estética ecléctica y popular que caracteriza a sus locales.
Y tras practicamente un año cerrado por la pandemia y sus restricciones, Liguria Lastarria volvió a recibir comensales. Eso sí, con una capacidad y una carta reducidas.
Cocina chilena en versión Liguria
Si vuelves a Liguria Lastarria, debes saber que la carta que va cambiando y, como es tradición en este bar, se anuncia en una pizarra en la entrada.
Ahí te puedes encontrar con clásicos como el sándwich de pescado frito ($ 6.600), con ensalada chilena y ají verde; o las prietas ($ 8.800), con papitas chilotas.
Además de los callitos a la madrileña ($ 9.200), con arroz; o el costillar de chancho ($ 11.200) con puré a la chilena, ligeramente picante.
Otra opción es la cazuela de vaca ($ 8.600) o la mechada a la italiana con tallarines ($ 10.400)