Con el reciente estreno de Chip y Dale al rescate en Disney+ quedó confirmado que los reinicios fílmicos pueden ser un bienvenido y gran acierto si se saben concretar. Algo que Top Gun: Maverick ratifica ampliamente.
Esto porque a 36 años del estreno de la cinta original titulada simplemente Top Gun, con un joven Tom Cruise como el sonriente y algo rebelde Pete Mitchell, ese mundo de pilotos y aviones está de vuelta en pantalla.
En uno de los estrenos del año fílmico que viene a confirmar al cine como un espectáculo con mayúsculas, gracias a la reinvención de un personaje y una trama que conquistaron al público de los 80 con rivalidades y adrenalina.
Y si bien ya no está la casi silente competencia de machos alfa entre Maverick o Mav, como se conoce a Mitchell, y Iceman (Val Kilmer), su compañero en la escuela de vuelo de la Marina, sí está la emoción de su relato.
En el que el público se reencuentra con un maduro Maverick (un intenso Cruise) cuando solo ha alcanzado el rango de Capitán -debido a su perenne insurgencia- y se dedica a testear aviones supersónicos.
Una nueva misión para Maverick
Labor que efectúa junto al grupo de camaradas del programa Darkstar, que está a punto de ser desmantelado por el contralmirante Cain (Ed Harris). Sin embargo, Mav tiene otros planes y vuela el avión a prueba sin permiso.
Con lo que comprueba que la nave alcanza la velocidad de Mach 10 y provoca el ser removido de su cargo, pero no expulsado debido a la intervención de su ahora gran amigo, el almirante Tom “Iceman” Kazansky.
El cual como comandante de la Flota del Pacífico lo ha mantenido dentro de la Marina y está detrás de su nueva asignación: profesor de la academia de élite Top Gun, donde será parte de una arriesgada misión.
En la que, bajo la supervisión del vicealmirante Simpson (Jon Hamm), deberá instruir a un grupo de pilotos del más alto nivel para que logre destruir un búnker con uranio que está siendo instalado por una nación enemiga.
Pero ni lo difícil de la misión, ni el que nunca haya hecho clases es lo más complicado para Mav. Lo difícil es que entre sus alumnos está Rooster Bradshaw (Miles Teller), el hijo de su desaparecido amigo Goose (Anthony Edwards).
La emoción de una imperdible secuela
A quien desde la lejanía ha tratado de proteger, llegando incluso a dilatar por varios años su entrada a la Marina. Algo que el joven piloto no le perdona y provoca bastante tensión en su relación maestro-alumno.
Algo que notan los otros estudiantes y se convierte en una de las principales piedras de tope de la labor del protagonista, junto al tratar de traspasar a sus aprendices su innata y casi irreal habilidad con los aviones.
En el motor de un relato que también le da espacio a lo romántico, con Mav retomando su coqueteo, y algo más, con Penny Benjamin (Jennifer Connelly), la hija de un almirante a la que se nombraba en la película original.
Sin olvidar varios momentos de humor, sus emocionantes escenas de vuelo y nostálgicos guiños a la Top Gun clásica, como cuando se recrea la escena del portaaviones, en versión 2.0 y con la canción de Kenny Loggins de fondo.
Lo que hace de Top Gun: Maverick un ejemplo de entretención fílmica pura, con un Cruise derrochando todo su encanto en pantalla junto a un sólido elenco. En una secuela que puede ser disfrutada por todo tipo de público.
FICHA TÉCNICA
DIRECCIÓN: Joseph Kosinski
PROTAGONISTAS: Tom Cruise, Miles Teller, Jennifer Connelly, Jon Hamm, Glen Powell, Lewis Pullman, Ed Harris, Val Kilmer
GÉNERO: Acción/Drama
CALIFICACIÓN: Para todo espectador mayor de 7 años