Por: Evelyn Briceño Fecha:20 Nov 2018

Holaste!: Un café de clase mundial en el centro de Puerto Natales

Todos los días Holaste!, una pequeña cafetería del centro de Puerto Natales, se llena de turistas de todo el mundo que no se cansan de alabar cómo preparan ahí cada taza de café.

Todos los días Holaste!, una pequeña cafetería del centro de Puerto Natales, se llena de turistas de todo el mundo que no se cansan de alabar cómo preparan ahí cada taza de café.

Dos turistas australianos piden su café, lo prueban y a los cinco minutos se acercan a los dueños de Holaste!, Sony y Catalina, para decirles, en inglés, lo bien que estaba esa taza que se tomaron en un dos por tres. “Es tan bueno como el que solemos probar en Melbourne”, dice uno de ellos.

Cosas como esa son las que ocurren todos los días en esta pequeña y sorprendente cafetería de especialidad ubicada a dos cuadras de la plaza principal de Puerto Natales. Una que no tiene nada que envidiarle a las mejores de Santiago y que partió primero como un exitoso carrito en el rodoviario de la ciudad.

Hace seis meses debutaron con este local, donde te reciben con el nombre de la cafetería que, además, es un saludo típico de los magallánicos; algo así como “hola, este”, pero abreviado.

Se trata de una pequeña barra con mesones en los costados y donde lo que importa es la calidad del café. Ahí usan sólo granos premium que le compran a productores boutique, como Coffee Culture y Café Altura.

La carta del lugar es sencilla, con un 95% de preparaciones que tienen que ver con el café, del que siempre hay cuatro variedades para filtrar a mano —provenientes de países como Burundi, Ruanda y Perú— y otras dos para la máquina de espresso.

Cada vez que preparan una taza, Sony y Catalina le explican a sus clientes todo el proceso, desde la procedencia de los granos hasta cómo se usan las máquinas de filtrado.

Nada queda al azar, porque hasta la temperatura del agua la calculan para que esté justo entre 85° y 95°, la ideal para el café.

Filtrados y espressos

Si quieres un americano, no te lo servirán. A cambio, llegará a tus manos un delicado café filtrado en cafetera chemex, esa de vidrio y asas de madera creada en los años 40 en Alemania que funciona con un filtro de papel.

Mejor si para la preparación usan una variedad etíope, con su fragancia floral, con notas a frutos rojos, y muy poca acidez ($ 2.000 los 240 ml).

Si quieres algo con un toque de leche, pide el “flat white”, dos shots de espresso con una ligera capa de leche emulsionada arriba ($ 2.000).

Para los días más veraniegos está el “afogatto”, helado —en este caso de la mejor heladería de Puerto Natales, Aluen— literalmente ahogado en espresso ($ 2.800).

Y como lo que importa en el lugar es el café, para acompañar hay una breve selección de dulces. Como el “red velvet”, un bizcocho de cacao que lleva queso crema y una pizca de crema ($ 2.500). O las crujientes galletas de una pastelería local ($ 300 cada una).

¿Otra cosa buena del local? Es pet friendly.