Para los que se levantan tarde, nada mejor que mezclar desayuno y almuerzo, dos en uno. La idea nació en Norteamérica, pero viajó en los 90 y ya se asentó por estos lados. Cafés y restaurantes los tienen en sus cartas y varios  sobresalen: desde uno bien sofisticado en el Noi, hasta otro muy contundente en Holm.  

Por Loreto Gatica. 

Huevo pochado, de clara cocida y una yema semilíquida, que escurre sobre un pan brioche, y un toque de tocino. Waffles esponjosos, cargados de frutillas, miel, crema y trozos de chocolate. Un buffet que incluye ostras de borde negro, espumante y hasta un rincón especial para niños, con algodón de azúcar. Todo un banquete de delicias sanas e irresistibles, desde un yogur con granola casera hasta un pan crujiente recién horneado.

Esas son sólo algunas de las opciones que puede elegir al pedir un brunch en Santiago, esa comida típica anglosajona que reúne lo mejor del desayuno y el almuerzo. Por lo mismo tiene ese nombre, un vocablo en inglés que mezcla el primero (breakfast) con el segundo (lunch). Una especie de desayuno tardío, que a Chile llegó a mediados de los 90, con el Café Melba, y que pasó de ofrecerse principalmente en hoteles a estar en varios restaurantes y cafeterías.

Hoy son varios los lugares donde puede pedirlo, sobre todo en esta época del año, cuando dan ganas de levantarse más tarde o, simplemente, de almorzar un poco más temprano, cosa de disfrutar lo que queda de la tarde. Y si es una terraza, mucho mejor.
De entre todos los brunchs que puede encontrar en la capital, Finde seleccionó los mejores, una mezcla entretenida entre clásicos, como el del hotel Grand Hyatt, hasta otros que acaban de estrenarse, como el del muy texano restaurante El Camino y el de Silvestre Bistró, en barrio Italia.

Los nuevos que hay que probar

En el piso nueve del Hotel Noi, en una terraza techada con piscina y vista al sector oriente de Santiago, está el Tramonto, el bar restaurante donde se acaba de estrenar un brunch al estilo buffet ($ 19.900; menores de 12 años, $ 10.000). Vaya ahí los domingos, de 12.30 PM a 4 PM, y apenas llegue, pida una copa de espumante o un bloody mary, el clásico cóctel de jugo de tomate, vodka y una ramita de apio. Es la mejor forma de comenzar a probar, cuantas veces quiera, todas las opciones que ofrece: ostras de borde negro; tres tipos de ceviches, como el mixto con cortes de salmón y reineta, y carnes a la parrilla en el sector de platos calientes, entre otras.

Como todo buen brunch, este tiene huevos en varias versiones: fritos, revueltos o benedictinos a lo pobre, con papas hilo, cebolla caramelizada y carne. Para los niños hay opciones especiales, como hamburguesas caseras, panqueques y el nostálgico algodón de azúcar.

También buffet es el que ofrece los domingos, de 10 AM a 4 PM, la panadería y pastelería francesa Paul, en sus locales de Av. Isidora Goyenechea y del Parque Arauco. Ahí, por $ 20.000 ($ 10.000 los niños menores de 10 años) puede probar su variedad de macarrones, panes de chocolate y croissant rellenos. Tiene también opciones de preparaciones típicas francesas, como la sopa de cebolla, con crutones y queso, o el quiche lorraine de jamón y queso.

Si lo que quiere es disfrutar, en cambio, de un brunch al aire libre, entonces vaya al Parque Araucano. Ahí, los sábados y domingos, entre 10.30 AM y 7 PM, a un costado del street park se estaciona Croques & Crepes, un food truck con sabor francés. Puede elegir entre varios combos de brunch, como el de huevos revueltos con choricillo, porción de frutas de la estación, café y tostadas francesas, que se pasan por leche y huevo para que queden crocantes, y que vienen con nutella, frutillas y azúcar flor o con plátano con manjar ($ 6.000).

Otra buena alternativa para esa hora del día son sus sándwiches, como el delicioso croque madame ($ 4.000), pan de molde con una buena cantidad de jamón y queso derretido en su interior, un huevo frito arriba y salsa bechamel.

Cualquiera de las preparaciones que escoja, las puede comer sentado en los muebles hechos de pallets junto al camión o en un picnic en medio del parque. Si prefiere esto último, pida la cajita para llevar.

Si un fin de semana anda vitrineando por barrio Italia, puede pasar por El Camino, el restaurante que abrió este año para ofrecer carnes al estilo texano, como el brisket, ese corte de tapapecho ahumado por más de 12 horas. Los sábados, de 1 PM a 4 PM, tiene una carta especial de brunch, con preparaciones al estilo gringo, todas contundentes. Como los huevos benedictinos con brisket ($ 5.800); los waffles con pollo frito y salsa barbecue ($ 5.800), y el budín de pan, que aquí se prepara con salsa de caramelo, un toque de tocino y helado de vainilla ( $ 3.500). Lo que pida, acompáñelo de un jugo de naranja recién exprimido ($ 1.800) o una mimosa espumante con jugo de naranja ($ 2.900).

Sin salir del barrio, puede ir por el brunch de Silvestre Bistró, un boliche pequeño, decorado con antigüedades y una terraza que comparte con tiendas. Ahí, los domingos, de 11 AM a 4 PM, puede probar ($ 9.000 p/p) dos platos colmados de delicias saladas y dulces. El menú cambia cada domingo, pero entre las preparaciones saladas puede encontrar pan hecho en casa; bolitas de risotto fritas y rellenas de carne, berenjenas y salsa de tomate casera; jamón serrano y una porción de tortilla de verduras. ¿Y las dulces? Puede ser brownie, pie de limón y muffin de canela. Incluye un café a elección y un jugo natural.

El café 7 Alces también es un buen lugar para visitar un finde cualquiera al mediodía. Ubicado en Av. Nueva Costanera, es pequeño, bonito y tiene un emporio con una buena cantidad de productos orgánicos para llevar a casa. Mejor si pasa por ahí los sábados, entre 10 AM y 2 PM, cuando preparan un brunch para dos ($ 16.000), que incluye un jugo natural, té o café, tostadas de pan negro integral casero, con palta y miel, un plato de frutas de la estación y un waffle hecho en el momento o, si prefiere algo menos calórico, yogur natural con granola casera. Si pide la versión recargada ($ 19.000), le sumarán una paila de huevos de campo más tostadas de pan integral. Reserve, porque siempre se llena.

Si está en Ñuñoa, puede ir a una calle pequeña que quizás no conozca, Celerino Pereira. Ahí, en medio de un barrio residencial, abrió hace poco Daniel’s Bakery & Cafe, una cafetería con un jardín con juegos para niños. Tienen preparaciones que son irresistibles, como la torta de snickers ($ 2.600), un húmedo bizcocho de chocolate con mantequilla de maní y pedazos de ese chocolate, y un brunch, que sirven de jueves a domingo, entre 11 AM y 2.30 PM.

Hay dos opciones, para una persona ($ 9.500) y para dos ($ 17.000). La primera trae huevos benedictinos, con salmón ahumado o espinaca; un capuccino, un jugo de naranja natural, yogur con semillas de chía y berries, y un galletón casero a elección, como el de chispas de chocolate o el de limón. La versión para dos es igual, pero duplicada. Si quiere, lleve a sus perros, que aquí son bienvenidos y tienen snacks especiales para ellos.

Amor por los clásicos

De entre los brunch que ya tienen un par de años, hay varios imperdibles. Como el del The White Rabbit, el estiloso bar que está frente a la Plaza Camilo Mori, en el barrio Bellavista. Los sábados y domingos, de 12 PM a 4 PM, encuentra una carta especial de brunch, con cinco tipos de preparaciones en base a huevo. Pida los clásicos benedictinos, hechos con tocino ahumado artesanal y salsa holandesa casera, servidos sobre un pan brioche ($ 7.000).

Si quiere probar un sabor distinto y bien norteamericano, atrévase con los waffles, con mantequilla al merkén, tocino y un par de huevos fritos encima ($ 6.000). La tabla de prosciutto es una buena opción si lo que busca es algo fresco, porque se acompaña de frutas de la estación, como melón y sandía, más un toque de miel y frutos secos ($ 6.500).

Cuando se habla de brunch, otro lugar obligado en Santiago es Holm, la ensaladería de calle Padre Mariano. El suyo se ofrece de lunes a viernes, de 9 AM a 11 AM, y los sábados y domingos, de 10 AM a 4 PM, en cuatro versiones, incluida una vegana y otra vegetariana. ¿En qué consiste? En un gran plato que, en el caso de la opción vegetariana, por ejemplo, trae fruta fresca, la mitad de un delicioso pomelo caramelizado, pan hecho en el día, un pocillo con huevos revueltos, tostadas con hummus con aceitunas, tostadas con pesto, un panqueque con salsa verde, un pocillo de yogur con granola, otro con ensalada, y un brownie. Todo por $ 9.000.

La versión caliente ($ 11.500), que es perfecta para compartir, lleva papas y champiñones asados, ensalada, queso fresco, salchicha, huevos revueltos con tocino, tomate al horno, la mitad del pomelo caramelizado, fruta fresca, yogur con granola, un panqueque con salsa verde, salmón, queso, jamón serrano, chorizo español, mantequilla, mermelada, pan casero y brownie.

Igual de sabroso y también saludable es el que prepara el restaurante Quínoa, en Luis Pasteur. Su brunch no tiene un horario definido, pero cualquiera sea la hora que lo pida, conviene reservar antes. Mejor si lo hace bajo el parrón que está en la terraza. Por $ 9.500, a su mesa llega pan integral horneado en el día, mantequilla, mermelada casera, palta o un huevo de gallina feliz, que puede pedir a la copa, para disfrutar del color naranjo y sabor intenso que le da su origen. También, un omelette, de tomate y albahaca, por ejemplo, un muffin recién hecho, un vaso de jugo natural y té o café ($ 9.500).

En el café La Resistencia, ubicado en la parte de atrás del Drugstore, también puede ir a cualquier hora del día a probar una preparación entre el desayuno y el almuerzo. No tiene un brunch en sí, pero su especialidad, los huevos de campo en diferentes preparaciones, funcionan perfectos como uno. Son huevos pochados, fritos o revueltos, que se acompañan de ingredientes como jamón, tocino, albóndigas o espinacas, todo sobre tostadas. ¿Un par de recomendados? Los pochados con espinaca y queso gratinado ($ 3.000) o los que tienen albóndigas ($ 3.500).

El del Senso, el restaurante del hotel Grand Hyatt, sí es un brunch en toda regla. Es una buena alternativa si lo que busca es un ambiente familiar y con vista hacia un agradable jardín interior. Su buffet ($ 28.500 p/p) funciona todos los domingos, de 11.30 AM a 4 PM, e incluye bebidas, jugos naturales, vino y espumante. Tiéntese con sus más de 10 opciones de huevos, que puede pedir directo a su mesa, como el pochado a la española, que viene sobre una tortilla de papas, chorizo y pimientos. O los rancheros, servidos sobre una tortilla de maíz frita, con carne y una salsa un tanto picante.

Para los niños, la atracción principal, además del buffet de postres (con tartaletas de frutas de la estación, tortas y dulces), es el sector de los waffles, donde les prepararán in situ uno o todos los que quieran, con ingredientes a elección, como frutillas y crema.

Quienes están en el centro de la capital también pueden darse un festín mitad desayuno mitad almuerzo. En pleno barrio Lastarria, el café de especialidad Colmado Coffee & Bakery tiene los sábados y domingos, de 10 AM a 5 PM, un menú ($ 7.900) con tostadas de pan de masa madre -con corteza crocante y esponjoso por dentro-, ideales para untar en los huevos revueltos con queso de cabra o prosciutto. Eso, además de un mix de tomates, aceitunas y albahaca; mantequilla de campo, un café, que puede ser americano o capuccino; agua mineral y un postre de la casa, como la torta de chocolate. La misma versión de brunch la encuentra en el local que esta cafetería estrenó hace poco frente a la Plaza Las Lilas. Reserve al menos un día antes.

¿Y en el barrio Yungay? Uno bueno es el del Boulevard Lavaud, el restaurante más conocido como Peluquería Francesa, por el clásico salón para caballeros que está a un costado. De lunes a domingo, hasta las 11 AM, puede armar ahí su propio desayuno tardío. Una de las opciones es para dos ($ 15.000) y trae una panera con dos medialunas, dos pastelitos a elección hechos en el lugar, queque, tostadas, mantequilla de campo, mermelada casera, sándwiches de jamón y queso caliente, además de dos jugos naturales, té, café o chocolate caliente. Un consejo: sume unas tostadas con gravlax, salmón curado en sal, azúcar y eneldo ($ 5.900), y también una merecida copa de espumante ($ 3.500).

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