"Imitado, pero jamás igualado" es uno de los lemas de este tradicional puesto del barrio Club Hípico, que tiene más de 90 años refrescando a los santiaguinos con su insuperable mote con huesillo.

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Es todo un reto pasar por la esquina de Av. Rondizzoni con Av. Mirador y no detenerse frente al emblemático puesto de El Rey del Mote con Huesillo.

La verdad es que hay que tener fuerza de voluntar para resistirse a probar un vaso de generoso y heladito mote con huesillo, la tradicional bebida chilena a la que nada supera a la hora de combatir el calor.

Mucho mejor si el de un monarca como el El Rey del Mote con Huesillo, todo un clásico de Santiago y del barrio Club Hípico.

Es que este local lleva casi 90 años refrescando a los santiaguinos, exactamente desde 1933, cuando lo creó Alberto Bravo Araneda, el verdadero rey, que se hizo conocido y el favorito de quienes iban camino a la la costa a través de la Av. Isabel Riquelmente, que conecta con la Autopista del Sol.

Aunque don Alberto falleció hoy es su hija quien está a cargo del negocio y mantiene viva la tradición, la misma a la que rinden fidelidad miles de “súbditos”, los que todos los días suelen hacer fila en su local, que está en plen vereda, justo detrás del Club Hípico.

Un local sencillo, con algunas sillas y bancas para tomar ahí mismo su bebida, y que todavía siguen atendiendo los mismos vendedores de hace décadas.

Su majestad sigue reinando

Más de 80 después, la receta del Rey del Mote con Huesillo sigue intacta, pese a que sus competidores la han tratado de copiar. “Imitado, pero jamás igualado” es uno de los lemas del local.

Para qué cambiar una preparación que es perfecta, que se elabora con huesillos de Los Andes y se cuecen solos, sin más ingredientes, y a los que después se les agrega el azúcar.

El ingrediente principal junto al mote y al jugo, que siempre está heladísimo, porque se mantiene en una batea llena de hielo, que se va rellenando cada dos horas.

Además, lo puedes pedir como quieras: con todo, de solo jugo, con más y menos mote, en tamaños que van desde los 450 cc ($ 2.200) hasta el de litro ($ 3.500). También hay uno más pequeño, de $ 1.800, que suelen probar los niños.

También puedes llevarlo a la casa si quieres, ya encuentras formatos familiares de hasta cuatro litros ($ 15.000), que incluyen el frasco.

Y puedes ir cualquier día de la semana y siempre habrá, porque la fábrica se encuentra justo al frente, por lo que nunca se desabastece. Porque este rey jamás decepciona y deja con calor a su pueblo.