Por: Darío Zambra Fecha:25 Dic 2024

Kilú: la nueva casa del placer carnívoro en Providencia

Un sólo plato de fondo hay en este nuevo restaurante: un corte de carne de carnes a las brasas a elección y que pesa nada menos que un kilo. Tiene un precio fijo, viene con entrada y acompañamientos y alcanza perfectamente para dos personas.

Hay un nuevo lugar en Santiago que los fanáticos de la carne deben conocer, Kilú.

Un restaurante que acaba de abrir sus puertas en Providencia, en una casona remodelada de la calle José Manuel Infante, a pasos de Av. Providencia.

Tiene una pequeña barra, salones, capacidad para 42 personas y un concepto novedoso: el de un restaurante monoproducto.

Un formato que sus socios conocieron en ciudades de Europa y donde, tal como adelanta su nombre, se ofrece un sólo producto, que en el caso de Kilú son las carnes a las brasas.

Es decir, acá encuentras un sólo plato principal, que es un corte de carne seleccionado y a elección, que pesa aproximadamente un kilo, al estilo de los tomahwks que ofrecen restaurantes de Estados Unidos.

La experiencia tiene un precio fijo de $ 42.900 y perfectamente alcanza para dos personas, aunque si vas con hambre quizás lo pidas sólo para ti.

Y es que la carne es la estrella de este nuevo lugar. Por eso los proveedores los eligen con pinzas y se abastecen principalmente de angus chileno, de Osorno, además de algunos proveedores de Argentina y Estados Unidos.

La otra clave es la preparación, que está a cargo de los mismos socios-parrilleros y donde los cortes se asan a la brasas en un horno parrilla, con sólo sal y luego se terminan en un grill abierto.

Un kilo de sabor en Kilú

Para comenzar puedes pedir un pisco sour peruano ($ 6.900) o una copa de espumante ($ 3.900).

Luego, viene la experiencia carnívora, por la que pagas $ 42.900 y que parte con una entrada para compartir, la que va cambiando según el día y que puede ser longaniza rellena de queso cheddar, acompañadas de tostadas.

El abrebocas para esperar a la estrella, la carne, y que puedes elegir entre tres cortes: chuletón de lomo vetado, chuletón de lomo liso y entrecot o T-Bone.

Además, tu escoges el punto deseado: sangrante, medio, a punto o cocido.

A la mesa llega un corte enorme, con sal gruesa, chimichurri y una y tarjeta donde se indica el peso, 1,020 kilos, por ejemplo, y las caractarísticas del corte elegido, como la jugosidad que tiene el lomo vetado, por ejemplo.

Y lo puedes acompañar con alguno de sus vinos, una selección acotada por copa y en botellas, como el Pinot Noir de Viña Undurraga, del valle del Leyda ($ 4.900 la copa).

La calidad y el sabor de los cortes que probarás es tal, que comprenderás de inmediato que no vale la pena otro plato en la carta.

Además, se acomapañan de dos guarniciones, una ensalada de hojas verdes y crujientes papas fritas.

Y para que la experiencia al volver sea diferente y lúdica, desde enero tendrán un corte invitado, con el mismo formato de un kilo y al mismo precio, que podrá ser entraña, picaña o flat iron, por ejemplo.