Casi todos los hoteles tienen su propio restaurante, pero no todos tienen una propuesta interesante qué ofrecer a la hora de mostrar sus cartas.
Y los que sí han sabido apostar por buena cocina, se han encargado de abrir sus espacios a los que no son pasajeros.
¿Qué es lo que más gusta de ir a comer a restaurantes? Que hay estacionamiento asegurado, un ambiente sin estridencia y el servicio.
Estos son los que ya andan dando vueltas por el boca a boca.
Hyatt Centric
A pesar de que este hotel está abierto desde mayo de 2018, pleno barrio El Golf, aun no ha habido corte de cinta.
Así y todo ya es un hit, porque se llena a las horas de almuerzo, sobre todo con los ejecutivos de este sector financiero, que parecen haber caído rendidos por su carta y la mano del chef belga, Rudi Scholdis, quien luego de trabajar 16 años para los lujosos cruceros de Silversea, aterrizó acá.
Incluso hasta hace poco, se veía menos concurrido por las noches, pero la tendencia está cambiando, y la demanda por sentarse en la barra y las mesas del primer piso de este hotel cuyos espacios comunes son autoría de Enrique Concha.
La carta no es extensa, pero lo suficientemente elaborada para impactar y funciona según fórmulas. Por ejemplo, si se elige entrada, fondo y postre cuesta $ 19.000; si es entrada y fondo, $ 16.000: si es fondo y postre, $ 13.000; y si es sólo entrada y postre, $ 11.000.
Y entre las entradas que son imperdibles, está la “terrine de foie gras”, hecha con una selección cuidadosa de hígado de pato y cuyo toque encima con una compota de higo es irresistible.
Otro de los entrantes -o “fantasías como dice en la carta- que es un must, son los “espárragos”, que van sobre una tostada de cúrcuma y con un huevo pochado encima además de un toque de salsa parmesano.
De segundo o “principal” es más pedido es el “steak tartare”, un filete aliñado al estilo francés acompañado de papas fritas rústicas.
¿Otro? El “magret de canard”, una pechuga de pato sellada con quinoto de champiñones.
Resulta grato sentarse en la barra también, sobre todo de noche, y probar uno de los cocteles diseñados por Miguel González Larraguibel. Su pisco sour, con toques amaderados, no falla (lee más acá)
Para estos días es mejor reservar en la terraza, porque aunque da hacia Enrique Foster, el barrio financiero, es muy tranquilo de noche. Ojo, que dentro de poco, van a ampliar la oferta de la carta, a propósito del público que llega en la noche.
Restaurante Hyatt Centric
Restaurante
Dirección
Enrique Foster 30
Las Condes,
Región Metropolitana
Chile
Teléfono
Horario
Lunes a domingo, de 12 PM a 12 AM
Estacionamiento
Subterráneo, entrada por Enrique Foster, $ 30 el minuto
Edad
Todo público
Con Reserva
Sí
Punto Ocho del Hotel Cumbres
Pese a que existe hace tres años, es una joya escondida en Lastarria,que está en el piso 8 del Hotel Cumbres, ese que está justo en Rosal con Lastarria.
Pero lo que lo hará aparecer ahora en el mapa, ahora que acaba de llegar el chef Cristián Urrutia, es su cocina patagónica, con mariscos australes, carnes de esa zona de Chile y varios aderezos hechos con bayas como la murta, el calafate y el maqui.
Lo que hay que pedir de entrada, si vas pasadas las 8 PM, es su pisco sour calafate, con el que bien vale sentarse en la terraza que da hacia Lastarria para poder disfrutar de la brisa de la tarde y del skyline santiaguino muy típico del centro.
Sigue con los “ostiones magallánicos” que son sin coral y que el chef prepara con puré de manzana y frambuesas.
O si prefieres algo más cárnico, está la “lengua de cordero”, que viene cortada en finas láminas, con vinagreta de zarzaparrilla y espárragos confitados” ($ 8,.900).
Hay varias opciones con cordero de segundo, pero hay una ultra recomendable: el plato de pejerrey con un puré de arvejas, que es sencillamente delicioso.
Punto Ocho
Dirección
Lastarria 299
Santiago,
Región Metropolitana
Chile
Teléfono
Horario
Lunes a domingo 12 PM a 3 PM y 7 PM a 11.30 PM
Estacionamiento
Merced 317, $ 1.700 la hora
Restaurante Polvo, en el Castillo Rojo de Lastarria
Aunque no está metido dentro del hotel, está pegado a éste, la ex Casa Lehuedé o más conocida ahora como el “Hotel Boutique Castillo Rojo”.
A Polvo, el nuevo bar de vinos (mira más info acá) se entra por el pasaje de adoquines que está cruzando por la reja señorial que da hacia la Plaza Camilo Mori.
Abierto hace un par de semanas, este espacio diseñado por la oficina Grisanti+Cussen, en un estilo muy relajado, como de emporio (porque ahí hacen la propia charcutería y encurtidos, por ejemplo), la gracia ahí es ir a probar vinos naturales, orgánicos y biodinámicos.
De hecho, es el primer bar de vinos de terroir, de esos vinos que hablan por sí solos de acuerdo a las tierras donde crecieron sus uvas.
Como el espumante Kalika, del valle de Itata, cuyas uvas estuvieron muy cercanas a los incendios que azotaron el sur y por lo que se le siente ese gusto ahumado.
Hay más de 100 etiquetas de vinos disponibles, y una carta corta, de no más de 30 opciones, que van cambiando cada mes, con una buena oferta de vinos por copa.
Hay que probar la mano del chef Federico Ziegler, ex chef de Awasi Patagonia, en las “berenjenas ahumadas” ($ 8.900) con crema de ajo negro y pebre de espárragos, y el “chancho asado” ($ 12.000) que es una carne tierna de chancho, con una ensalada de ají encurtido que prácticamente no pica y repollo morado.
Ojo, que todos los jueves se instala la escuela de swing de Swingtiago a bailar y tocar música de este estilo. Muy entretenido.
Polvo Bar de Vinos
Dirección
Constitución 187
Santiago,
Región Metropolitana
Chile
Teléfono
Horario
Ma. a vi., 7 PM a 11.30 PM Sá., 1 PM a 4 PM y 7 PM a 11.30 PM Domingo 1 PM a 4 PM
Estacionamiento
Por Mallinkrodt, gratis.