Por: Darío Zambra Fecha:1 Ago 2024

Sajj Shawarmas & Bar: un tesoro de la cocina árabe en Ñuñoa

En pleno Irarrázaval se encuentra este imperdible para probar las clásicos de la cocina árabe, como shawarmas y verduras rellenas, acompañados de coctelería y en un ambiente familiar.

En pleno Irarrázaval se encuentra este imperdible para probar las clásicos de la cocina árabe, como shawarmas y verduras rellenas, acompañados de coctelería y en un ambiente familiar.

Si vas caminando por Av. Irarrázaval, en Ñuñoa, puede que Sajj Shawarmas & Bar pase un poco desaparcibido.

Y es que desde afuera se ven una pequeña terraza y un mesón con la caja y donde se reciben pedidos.

Pero si entras te darás cuenta de que este lugar esconde mucho más, como un comedor en el segundo piso y en su subterráneo un salón que con su ambientación te lleva de inmediato a Medio Oriente.

De hecho, desde allá vienen toda la tradición, recetas y sabores que encuentras en Sajj Shawarmas & Bar.

Un local que partió en 2014, de la mano de un matrimonio de ascedencia palestina, y que ahora está a cargo de su hija, Yazmin Hammad, y su socia, Pilar Pereira.

Ambas le dieron un nuevo aire a este lugar, sumando a los platos típicos de su tierra una propuesta más de bar, en un ambiente relajado y familiar.

Y es que quienes trabajan ahí son en su mayoría familiares de la socias y la coctelería son las recetas de Pilar, por ejemplo.

Eso sí, se mantienen intactos los platos, clásicos de la cocina árabe y cuyas recetas se siguen al pie de la letra, con los ingredientes y especias originales, y de sabor casero.

Mucho más que shawarmas

De hecho, a excepción del pan, que es de una de nuestras panaderías árabes favoritas, Fufu, todo se hace ahí mismo.

Desde el falafel y el kubbe, tártaro de res al estilo árabe, hasta los rellenos, infaltables en las mesas de Medio Oriente.

Y tal como dice su nombre, la especialidad siguen siendo los shawarmas ($ 8.000), que pueden ser de carne, pollo o mixto, bien sabrosos, o también de falafel.

También lo puedes pedir acompañado de papas fritas caseras ($ 9.500) o al plato ($ 8.500), con arroz árabe o papas rústicas y ensalada de lechuga, tomate y cebolla, más salsas a elección, como tahine o yogurt, por ejemplo.

Además encuentras otra alternativa de shawarma veggie, el sabij ($ 8.800), de pan pita relleno con berenjenas fritas, huevo duro, pepinillo dill, babaganush, repollo morado encurtido, tabule, hummus y ensalada arabe de pepino con tomate y salsa tahine.

Otra opción para disfrutar de este lugar es su propuesta de bar, mucho mejor si es un subterráneo con toda la ambientación árabe.

Así, puedes pedir su pisco sour sutil ($ 5.500), una delicia casera, o la jarra de sangría ($ 10.200) si vas en grupo, y compartir algunas de sus tablas con preparaciones típicas.

Como la Selección arabesca ($ 11.500), que trae falafel, hojitas de parra, hummus y pan pita.

O el Mixto árabe, con hojitas de parra, zapallos, repollitos, papas, ají y berenjena, todos rellenos de carne, arroz y especias, acompañado de hummus y babaganush, la pasta de berenjenas asadas.

Y para terminar infaltables son los dulcecitos ($ 1.000) y el té árabe, que es té verde con clavo de olor y menta.