A través de Netflix y con la acción como ingrediente esencial, las cintas Bala perdida 1 y 2 se convirtieron en la carta presentación del francés Alban Lenoir, quien retorna al streaming con Alias.
Su tercera cinta para la plataforma con la que el ex doble de riesgo, ahora reconvertido en actor y guionista, sigue mostrando al mundo su capacidad para sostener una trama con mucha violencia.
Pero donde también se atreve a explorar en su potencial para el suspenso y la tragedia, que consigue de manera efectiva en las más de dos horas de narración dirigidas por Morgan S. Dalibert.
Quien ya había trabajado con Lenoir en otras cintas como director de fotografía y asume la realización de un largometraje que engancha, apostando por el drama criminal a un ritmo más pausado.
Aunque su inicio sea frenético, con su protagonista empuñando varias armas y afrontando algunas peleas en el rol del agente de operaciones especiales Adam Franco, en una misión en Sudán.
Pero rápidamente su jefe en el servicio de inteligencia, Kruger (Thibault de Montalembert), lo recluta para un trabajo en París donde deberá dar con el paradero de Moktar Al Tayeb (Kevin Layne).
Adam se infiltra en casa de Pastore
El caudillo sudanés con supuestos vínculos con el Estado Islámico en África, que habría estado detrás de un atentado en un hotel parisino, por lo que es primordial dar con su paradero.
Para lo que Adam debe infiltrarse en la casa y en el grupo de confianza del mafioso Victor Pastore (Eric Cantona), un viejo amigo de Al Tayeb que claramente sabe dónde se esconde.
Sin embargo, las cosas no son como parecen y el agente encubierto termina envuelto en una trama que va más allá del supuesto terrorista e involucra a otro capo criminal y a la familia de Pastore.
La que incluye al pequeño Jonathan (Noé Chabbat), quien despierta en el duro protagonista su lado más amable, ya que le recuerda a una figura clave de su infancia y la grave pérdida que sufrió.
Al mismo tiempo que, poco a poco, se van revelando detalles sobre el verdadero accionar de Al Tayeb y un importante personero del gobierno galo, junto al drama familiar de los Pastore.
Los nombres y hechos de una cinta que logra mostrar otra faceta de Lenoir, mientras el sentimentalismo se suma a violentas escenas con muchos disparos, golpes y varias víctimas.