Bala perdida 2: la secuela con más acción y persecuciones que llega a Netflix
Alban Lenoir y Guillaume Pierret retornan a los papeles de protagonista y director, respectivamente, en la continuación de la exitosa cinta francesa de Netflix, donde Lino está empecinado en dar con el paradero de Areski.
En julio de 2020, Netflix sorprendió a los seguidores de la acción con la simple y efectiva Bala perdida, la película francesa que se convirtió a horas de su estreno en favorita del público del servicio.
La cual además marcó el debut en la dirección de un largometraje de Guillaume Pierret, quien hoy retorna a la realización y al streaming con la continuación de las aventuras de Lino (Alban Lenoir).
El mecánico de Marsella al que en la primera cinta la policía local recluta por su habilidad para arreglar y manejar los automóviles, viéndose envuelto con el narcotráfico y un oficial corrupto.
El mismo personaje que a dos años de ese primer encuentro con la audiencia, retorna en una secuela donde vuelve a hacer gala de su impresionante destreza al volante y la modificación de autos.
Cuando han pasado seis meses de lo visto en el final del filme y él solo tiene una idea: dar con el paradero del deshonesto Areski (Nicolas Duvauchelle) para vengar a su hermano y a su mentor.
Para lo que sería esencial hablar con el cómplice de Areski, el también policía Marco (Sébastien Lalanne) al que Lino había dejado esposado, pero escapó con la ayuda de alguien de su equipo.
La aparición de un peligro mayor
Sin embargo, al mecánico solo le queda vigilar a la esposa de Areski, a pesar del consejo de Julia (Stéfi Celma) de retomar su vida, por lo que es clave cuando a ella la atacan desconocidos.
Lo que marca un antes y un después en la vida de Lino, ya que un año después él ya es parte de la policía y persigue a los narcotraficantes junto a Julia a bordo del modificado Renault 21 Turbo.
El auto que era de Charas (Ramzy Bedias) y vuelve a ser uno de los protagonistas de la narración, ahora de color azul y como elemento clave para las muchas persecuciones que vendrán.
En las que además participan Marco, que estaba siendo protegido como testigo clave, y Alvaro (Diego Martín), un policía español que lo buscaba y ahora podría llevarlo ante la justicia.
Sin embargo, todos ellos son blanco de un peligro mayor: los policías que trabajan para el corrupto jefe del Departamento Antinarcóticos que estuvo detrás de lo ocurrido en la cinta anterior.
El cual no descansará hasta detener a quienes no estén de su lado, como Lino, Julia y Alvaro, y acá es el detonante de un imparable relato en que también son claves las peleas cuerpo a cuerpo.
Y que sorpresivamente concluye con un hecho que da pie a otra Bala perdida y la posibilidad de que vuelva a la pantalla Lino con su particular mezcla de tozudez, fuerza bruta e ingenuidad.
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