La revancha una vez más es motor de una película de acción, en este caso la película Bailarina, que viene a sumarse a varias realizaciones del género que ya están en Netflix.
Desde la italiana Mi nombre es venganza, pasando por la estadounidense Kate, hasta la coreana Boksoon debe morir, último título con que el largometraje en estreno comparte país de origen.
Además de que en ambos es una mujer en apariencia frágil la que empuña armas de fuego y cortantes, sin olvidar exponer sus increíbles dotes en la lucha cuerpo a cuerpo.
Algo que la protagonista de Bailarina, la joven actriz Jeon Jong-seo, efectúa bajo las órdenes de Lee Chung-hyun, el realizador que la ya la había dirigido en el thriller El teléfono.
Para ahora ponerla en el rol de Jang Ok-ju, quien desde los primeros minutos del filme deja en claro que no es una chica cualquiera, cuando se enfrenta a una pandilla en una tienda.
Lo que efectúa con sus manos y una simple lata de conserva, algo que con seguridad ya había puesto en práctica en su antiguo trabajo en una empresa de seguridad internacional.
La venganza de Ok-ju
Las habilidades que serán clave en el desarrollo del personaje a lo largo de un metraje donde la forma es superior al fondo, con un entorno estilizado y examinados encuadres.
Junto a sangrientas, muy violentas y bien coreografiadas escenas de acción, que hacen olvidar que poco o nada se termina sabiendo del entorno o pasado de sus personajes.
Aunque si el motivo de la venganza de Ok-ju: la muerte de su mejor y única amiga, la afectuosa Choi Min-hee (Park Yu-rim), la bailarina del título que decidió quitarse la vida.
Una decisión gatillada por las extorsiones a la que era sometida por Pro Choi (Kim Ji-hoon), un traficante sadomasoquista que descaradamente le suministra jovencitas a un capo criminal.
Hasta que su camino se cruza con el de la fría ex guardaespaldas y se convierte en el objetivo de su cacería, en la que ella cuenta con la ayuda de otra chica chantajeada por Choi.
Al mismo tiempo que se suman figuras, como una pareja de ancianos que vende armas, que buscan darle el toque más absurdo a una cinta que tiene su mayor atractivo en la acción.