En 1999, cuando los k-dramas se convirtieron en un éxito en China, sus periodistas bautizaron al fenómeno como “hallyu”. El cual ya se tomó el mundo y continúa consolidándose con Café Minamdang.

Un término que significa literalmente “ola coreana” y gráfica claramente el poder de seducción de las realizaciones nacidas en el sur de la península de Corea, que las llevó a sumar millones de espectadores.

Número que ha aumentado gracias a la intervención de Netflix, quien en los últimos años se convirtió en una vitrina clave para estas series y ahora presenta la singular trama del espacio creado por Park Hye-jin.

El cual lleva a la pantalla el webtoon Minamdang: case note, de Jung Jae-han, ofreciendo una inusual, pero efectiva mezcla entre misterio policial y comedia física, con personajes al filo del ridículo.

Lo que en el caso de esta historia se convierte en fuerza en vez de desmedro, al mostrar la aventura de un ex detective de la policía convertido en chamán para sobrevivir y resolver un caso criminal.

Con una narración de 18 episodios que se inicia cuando llega al lujoso hotel MK Nobel un hombre muy atractivo y bien vestido, para apoyar a la directora del establecimiento en la búsqueda de un gerente.

Un falso y atractivo chamán

El cual es el chamán Nam Han-jun (Seo In-guk), quien usa sus “poderes paranormales” con diferentes clientes, teniendo como centro de acción el Café Minamdang, donde trabaja y vive con sus socios.

Estos son su hermana Hye-jun (Kang Mi-na), una hacker experta en espionaje; su amigo y ex colega policial, Gong Su-cheol (Kwak Si-yang), y Jo Na-dan (Baek Seo-hoo), quien dejó el colegio para unirse a ellos.

Los que junto a su gran intuición son claves para hacer creer a su adinerada clientela que puede ver fantasmas y tener premoniciones. Pero alguien tiene claro que es un timador: Han Jae-hui (Oh Yeon-seo).

La mítica nueva jefa de la estación de policía de Daeun, que bajo otro nombre oculta su vínculo con el fiscal que resultó muerto hace algunos años, un caso relacionado directamente con Han-jun.

Lo que pone al timador y a la detective en lados antagónicos, aunque con el correr de los capítulos se unen sus caminos y, lo más importante, los dos buscan la identidad del asesino conocido como Gopuri.

En una travesía narrativa que hace sorprenderse y reír, en especial con las reacciones de Han-jun y compañía, uniendo de forma casi perfecta el suspenso y el humor, sin olvidar algunas cuotas de romance.

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