Tal como muchos k-dramas se inspiran en los webtoons, varias series japonesas para Netflix han comenzado a basarse en mangas, como es el caso de Cenizas del pasado.
El nuevo espacio para la plataforma que, en el camino de Alice in Borderland y Makanai: la cocinera de las maiko, también lleva a la pantalla una historieta nipona: Mitarai-ke, enjō suru.
El trabajo de Moyashi Fujisawa, cuyo título puede traducirse como Se quema la casa de los Mitarai, publicado entre 2017 y 2021, que ahora se convierte en ocho capítulos para el streaming.
Los que llevan a la pantalla la historia de Makiko, una joven que trata de descubrir la verdad en torno al drama que afectó a su familia en el pasado, en especial a su madre.
El mismo personaje que pasa del papel a la serie bajo el nombre de Anzu Murata y la encarnación de Mei Nagano, en una trama que se mueve entre el suspenso y el drama.
Cuya narración se inicia hace 13 años atrás, cuando un incendio arrasa la casa contigua al Hospital Mitarai y una mujer pide perdón a un hombre y una niña por haberlo iniciado.
En busca de la verdad tras el incendio
Esa adolescente -como explica su voz en off- era Anzu Mitarai, quien en el presente, con el apellido Murata, está decidida a recuperar lo que ella, su hermana y su mamá perdieron.
Ya que fue su progenitora la que supuestamente comenzó el fuego y tuvo que divorciarse del doctor Osamu Mitarai (Mitsuhiro Oikawa), además de abandonar el hogar familiar junto a sus dos hijas.
Por lo que Anzu decidió volver a aquella casa bajo la identidad de la ama de llaves Shizuka Yamaushi para desenmascarar a Makiko Mitarai (Kyôka Suzuki), la segunda esposa de su padre.
Ya que la joven protagonista está segura de que la ambiciosa Makiko es quien aparece en el video de seguridad que se grabó hace ya 13 años y muestra a quien provocó el incendio.
Pero las cosas se van complicando para Shizuka/Anzu, luego de que se reencuentra con el hijo mayor de su antagonista, al que conoció cuando ella y su madre eran amigas.
En un entramado de situaciones algo arriesgadas y de una búsqueda constante por la verdad, en la que también se involucran su hermana menor, su padre y el otro hijo de Makiko.
Lo que lleva a la atrapante Cenizas del pasado por un relato que poco a poco entrega detalles sobre lo que de verdad sucedió el día del incendio y a un final inesperadamente positivo.