En su corta existencia, la adolescente Prerna Bhil solo ha conocido las calles y casas de Khempur, su aldea en la región de Rajastán, además de su entorno rural. Pero la visita de una “extranjera” cambiará su visión de la vida, como lo relata la luminosa cinta Chica skater.

La cual dirige Manjari Makijany, con un guión que escribió junto a su hermana Vinati, y se atreve a explorar en cómo las tradiciones de la sociedad india enfrentan a los más jóvenes, especialmente las mujeres, a complejas decisiones para cumplir sus sueños.

Y lo hace en Chica skater con la historia de Prerna (Rachel Saanchita Gupta), quien en los minutos iniciales del relato vemos que ayuda a su hermano menor, el vivaz Ankush (Shafin Patel), a jugar con la improvisada patineta que él fabricó con un pedazo de madera y unas ruedas viejas.

Así, mientras ella lo tira con una cuerda por un polvoriento camino, el niño solo quiere que lo lleve más fuerte mientras se dirigen a la escuela. Lugar al que ella ha dejado de asistir para poder ayudar a su madre en su casa, además de vender maní en el mercado local.

Al mismo tiempo que a Khempur llega Jessica (Amy Maghera), una publicista londinense que lo visita en busca de sus raíces, ya que, como explica después, su padre fue adoptado aquí por su abuelo, quien tenía una fábrica en ese sitio, cambiando su destino.

El encuentro entre Prerna y Jessica

Y es un pequeño problema, que involucra algo de barro y una pelea protagonizada por el valiente Ankush, el que cruza los caminos de Prerna y Jessica, quien de inmediato se conecta con la jovencita tímida y de gran sonrisa que pertenece a la casta inferior del lugar.

Un encuentro que comenzará a cambiar sus vidas, como también la de gran parte del pueblo. Porque Jessica le compra a la adolescente un nuevo uniforme para que vuelva a la escuela y además les presenta a ella y a los otros niños a Erick (Jonathan Readwin).

Un gran amigo de la inglesa, que viene de Estados Unidos y se encuentra en India trabajando como profesor. El que al visitarla llega en compañía de su tabla de skateboard, sorprendiendo a los pequeños del lugar que nunca habían visto una patineta real.

Y es este sencillo elemento el que provoca una “revolución”, luego de que Jessica le regala patinetas a casi todos los niños, incluida Prerna y su hermano, provocando el enojo de los adultos de la aldea y la prohibición de patinar en sus calles. Pero la publicista tiene una idea.

Esta es la de construir la primera pista de skateboard de Khempur y todo Rajastán, para lo que debe encontrar financiamiento. Y mientras ella busca un socio para su proyecto, Prerna también enfrenta otros problemas y vivencias que son parte de su paso a la adultez.

El skate como símbolo de libertad

Entre los que cuentan que su padre se niegue a que ande en patineta, ya que es algo de niños, y decida que es tiempo de que se case por medio de un matrimonio concertado. Al mismo tiempo que ella ha comenzado a sentirse atraída por un chico de una casta superior.

Lo que enfrenta tanto a Jessica como a Prerna a las barreras de una cultura milenaria, donde las mujeres acatan reglas tácitas, un tanto represivas ante la mirada de alguien que no es parte de su sociedad, en especial en las zonas más rurales del territorio indio.

Una situación que la directora Manjari Makijany, quien viene de una familia de actores y cineastas indios, expone en Chica skater con luminosidad y la cuota precisa de dramatismo, haciendo de la práctica del skateboard un símbolo de libertad y concreción de sueños.

Lo que convierte a la nueva realización india de Netflix, promocionada como la primera película hecha en India sobre skaters, en la emisaria de un mensaje sobre empoderamiento y valentía femenina, donde es clave además el trabajo de Rachel Saanchita Gupta.

Quien como la dulce y tenaz Prerna debuta de la mejor manera en el mundo de los largometrajes, luego de iniciarse en la actuación en el corto Aghatit (2020). Sin olvidar la presencia del pequeño Shafin Patel como su despierto hermano menor Ankush.

Ver Chica skater en Netflix