El folclor latinoamericano se convierte en el motor de Chupa, la nueva película familiar de Netflix que apuesta por un relato inspirado en un ser de orígenes algo oscuros y míticos.

Pero que en la tercera cinta de Jonás Cuarón, hijo del premiado cineasta mexicano Alfonso Cuarón (Roma), adquiere una imagen más alegre y cálida que deja de lado su origen paranormal.

Lo que consigue gracias a una historia, también escrita por su director, que convierte al chupacabras -el ser que se alimentaría de la sangre de cabras y otros animales- en una criatura en peligro.

Donde son esenciales los efectos especiales que le dan vida, además de una narración enfocada en entregar un mensaje sobre aceptación, familia y soledad, dirigido a grandes y chicos.

La que se centra en Alejandro o Alex (Evan Whitten), un niño que vive junto a su madre en Kansas, Estados Unidos, y es objeto de burlas por parte de algunos compañeros en su escuela.

Uno de los cuales le dice “Taquito” y se ríe de su origen mexicano, por lo que Alex reniega un poco de sus raíces, al mismo tiempo que encara la tristeza de la reciente muerte de su padre.

El encuentro de Alex con Chupa

Ante lo que su mamá decide enviarlo con la familia de su desaparecido papá en San Javier, México, el mismo lugar que al inicio del relato fue escenario de una inusual persecución por el desierto.

Donde una extraña criatura y su cría escapaban de los asistentes de Quinn (Christian Slater), un científico estadounidense que busca atrapar a un espécimen del mítico chupacabras.

Sin embargo, el cachorro logra escabullirse y busca refugio en el rancho de Chava (Demián Bichir), el abuelo de Alex, al mismo tiempo que el chico llegaba a visitarlo por una semana.

Lo que hace que rápidamente se unan los destinos del animalito, que parece una mezcla de felino con ave y será bautizado como Chupa, y el pequeño y algo solitario protagonista.

El que junto a su abuelo, una ex estrella de la lucha libre con problemas de memoria, y sus primos Memo (Nickolas Verdugo) y Luna (Ashley Ciarra), deberán esconder a Chupa de Quinn.

En la simple, pero interesante apuesta de Chupa, una cinta que no busca mucho más que entretener a un público transversal, convirtiéndose en un buen panorama familiar para el fin de semana.

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