David y los elfos: la película polaca de Netflix donde la magia se toma la Navidad
La cinta original muestra cómo un duende deja su labor en el Polo Norte y viaja a Varsovia para encontrarle un verdadero sentido a su labor navideña, cambiando de paso las vidas de un niño y sus padres.
Desde Polonia han llegado a Netflix diferentes tipos de producciones, desde la desinhibida serie Sexify hasta el terror de las películas Nadie duerme en el bosque esta noche 1 y 2; a las que ahora se suma, con un estilo bastante opuesto a las anteriores, David y los elfos.
La cinta original de la plataforma, dirigida por Michal Rogalski, que ofrece un relato navideño que se inicia en el Polo Norte, un poco antes de las festividades, cuando Santa y la Señora Claus (Cezary Zak y Monika Krzywkowska) prueban sus dotes como bailarines.
Al mismo tiempo que en la fábrica los elfos ejercen sus labores, ya sea en la realización de distintos juguetes para cumplir los deseos de los niños de todo el mundo, o simplemente instruyendo a los duendes más pequeños en la misión que les tocará cumplir a futuro.
Y entre ellos se destaca el algo egocéntrico Albert (Jakub Zajac), que por quinto año consecutivo está a punto de obtener el título de empleado del año y una vez más será el chofer de Santa en Nochebuena, después de chequear a los renos y el trineo volador.
Pero esta es también la historia del pequeño David (Cyprian Grabowski), quien vive con su familia en un sector rural de los montes polacos Tatra, donde celebran la Navidad alegremente junto a amigos y vecinos, y con la gran imaginación que los caracteriza.
Un evento que también sirve como despedida, ya que pronto David y sus padres, Hania (Anna Smolowik) y Piotr (Michal Czernecki), dejarán la casa de los abuelos para mudarse al barrio de Wilanów, en Varsovia, ya que Piotr obtuvo trabajo en un bufete de dicha ciudad.
El encuentro de Albert con David
Luego la narración lleva al espectador a un año después, cuando David trata de disfrutar de las festividades en su nueva casa citadina, aunque no haya nieve. Al mismo tiempo que Albert tiene una crisis al empezar a perder la magia navideña que caracteriza a los elfos.
Ante esto, el duende decide tomarse unos días libres y pasar un tiempo entre los humanos, para descansar y encontrar el verdadero sentido de la Navidad. Por lo que viaja a Varsovia y se presenta ante David, con quien la Nochebuena pasada sintió una fuerte conexión.
Pero las cosas no salen como él anhela, ya que las personas no lo reciben de la forma que esperaba y les cuesta mucho comprender que sus deseos se hagan realidad tan fácilmente, como un hombre que aparece en medio del lago o unos amigos que obtienen un auto.
Al mismo tiempo que David tiene algunos problemas cuando su familia no cree en la existencia del elfo, a pesar de que en casa hayan ocurrido raros sucesos, como la presencia de un muñeco a tamaño real de Albert y que a Piotr le haya crecido una barba blanca.
Sin olvidar una subtrama centrada en el mismísimo Santa Claus, quien debe lidiar con su desconfianza en los terrestres, luego de que en muchas ocasiones y en diferentes lugares, lo hayan confundido con un ladrón, en algunas de las escenas más divertidas de la cinta.
En una mágica y colorida aventura, que por momentos se siente un poco extensa, pero logra reflejar el verdadero sentido de la Navidad, donde son claves la amistad, la familia y la magia del corazón. Lo que hace de David y los elfos una entretenida opción para grandes y chicos.
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