Jóvenes más suspenso es una combinación que se ha repetido en varias series del último tiempo, a la que Netflix ha aportando títulos como Outer Banks y Control Z. La misma que retorna a la plataforma en los seis capítulos que conforman el primer ciclo de Destino: la saga Winx.
Una serie juvenil que además tiene un singular complemento: se basa en el popular espacio animado infantil Club Winx, que creó el italiano Iginio Straffi y que desde 2004 acompaña a generaciones de niñas con las aventuras de sus mágicas protagonistas.
Sin embargo, en su versión para el streaming, el color y la ingenuidad de sus adolescentes hadas se transforma en una sucesión de extraños sucesos, donde la magia sigue cumpliendo un rol principal, pero desde el rincón más oscuro de la fantasía.
Un cambio al estilo de otros programas como Riverdale y El mundo oculto de Sabrina -que saltaron de la alegría del cómic al thriller en pantalla-, que mantiene presente algunos nombres y poderes, pero que Destino: la saga Winx se arriesga a darles un gran giro y sumarle muchos otros cambios.
Varios de los cuales con seguridad impactarán a las seguidoras de la serie original -que ya habían reaccionado contrariadas ante las primeras fotos de la nueva apuesta de Netflix-, que se inicia cuando la adolescente Bloom (Abigail Cowen) llega a la Escuela Alfea.
Una institución del Otro Mundo donde las hadas llegan a sacarle partido a sus diferentes habilidades y hasta donde la chica llegó desde el humano Estados Unidos luego de descubrir que era un ser mágico, algo que explicaría varios de sus recientes conflictos.
Una monstruosa amenaza
En este lugar Bloom, un hada del fuego, debe compartir habitación con otras cuatro estudiantes de Alfea: Terra (Eliot Salt), conocida en la serie animada como Flora; Musa (Elisha Applebaum), Stella (Hannah van der Westhuysen) y Aisha (Precious Mustapha).
Todas las que poseen una habilidad relacionada con la naturaleza o los sentimientos -con algunos muy diferentes a sus dones originales-, que con el paso del tiempo se convertirán, un tanto a regañadientes en el caso de Stella, en las principales aliadas de Bloom.
Pero no solo ellas con parte de su entorno. También son piezas claves el atractivo Sky (Danny Griffin), uno de los mejores estudiantes que se preparan para ser Especialistas y además es el ex novio de Stella, y la directora de la escuela, Farah Dowling (Eve Best).
Esta última es quien descubrió a Bloom entre los humanos y la trajo al Otro Mundo, y debería darle respuestas sobre su verdadero origen. Sin embargo, hay algo más peligroso que ella y los otros profesores deben encarar: la presencia de los Quemados.
Se trata de monstruosas y ancestrales criaturas, que pueden destruir a las hadas y los Especialistas -quienes no tienen poderes, pero son avanzados guerreros y combaten en sociedad con las ninfas-, y que volvieron para intimidar a Alfea y sus estudiantes.
Así, entre la amenaza de estos seres y la búsqueda de Bloom por su origen, se desarrolla la historia de Destino: la saga Winx, que decepcionará un poco a quienes buscaban reencontrarse con el espíritu original de las hadas, pero enganchará a los amantes del suspenso.