Desde hace mucho, las producciones españolas se han ganado un lugar en Netflix con títulos como El silencio, la nueva serie original creada por Aitor Gabilondo para la plataforma.
Un espacio interesante que además viene a sumarse al suspenso, uno de los géneros claves de los títulos hechos en España, como El inocente, La chica de nieve y El desorden que dejas.
Una última realización de la que fue parte el protagonista del thriller que hoy llega al streaming: Arón Piper, el actor que se hizo famoso en Élite y además participó en la cinta chilena Sayen.
El cual ahora interpreta al personaje central de seis capítulos que se mueven entre el misterio, la tensión y el drama, para mostrar la historia de un joven acusado de matar a sus padres.
El que se llama Sergio Ciscar (Piper) y hace seis años, siendo menor de edad, habría asesinado a sus progenitores, empujándolos desde la terraza del departamento familiar en Bilbao.
El seguimiento al protagonista
La misma cantidad de años que estuvo en el centro de reclusión sin decir palabra, incluso hasta el momento que sale del lugar en libertad vigilada por su buen trabajo en los invernaderos.
El mismo instante en que se inicia el relato central de la serie, cuando Sergio retorna a su hogar, con una tobillera electrónica, desconociendo que además será controlado de otra manera.
Ya que a través de cámaras en su apartamento y entorno, el grupo liderado por la psiquiatra Ana Dussuel (Almudena Amor) realizará un seguimiento diario y un análisis de su comportamiento.
Los que les servirá para saber cuál es su estado psicológico y el peligro que puede representar para otras personas. Pero hay alguien que confía en Sergio: Marta (Cristina Kovani).
Una chica que se contactó con él por cartas durante su encierro y a quien el protagonista, que habla cuando y con quien quiere, le ha pedido que lo ayude a encontrar a su hermana menor Noa.
Los singulares personajes de la trama
Lo único que mueve al muchacho que claramente tiene dificultad para controlar su ira, como se ve cuando interactúa con otros personajes, como el pastor evangélico que se ofreció a guiarlo.
Quien se llama Natanael Torroja (Ramiro Blas) y también tiene un problema de comportamiento, como varios personajes que forman parte de un relato sorpresivo y confuso.
Entre ellos la misma Ana, que poco a poco muestra su obsesión con Sergio; un subcomisario que se vendió a los poderosos y dos colegas de la psiquiatra que se dejan sobornar fácilmente.
Los nombres y conflictos que se van sumando capítulo a capítulo al drama psiquiátrico y criminal en torno a Sergio, quien a lo largo de la narración pasa de victimario a víctima, y viceversa.
Todo lo que convierte a El silencio en una atractiva apuesta por el suspenso, que logra enganchar al espectador con su particular historia y sorprender con su inesperado desenlace.