El pasado 21 de septiembre, Stephen King cumplió 75 años y lo hizo en plena vigencia, lo que lo demuestra la publicación del libro La última misión de Gwendy y la adaptación de El teléfono del señor Harrigan.
Una de las novelas cortas que forman parte del compilado La sangre manda, publicado en 2020 y donde nuevamente King lleva al lector por el suspenso y el horror que han marcado su carrera como escritor.
Los mismos ingredientes que se unen al drama en la versión que llega a Netflix de dicho relato bajo la dirección del realizador y guionista John Lee Hancock, quien es conocido por cintas como Un sueño posible.
El cual convierte en imágenes lo relatado por “El Rey del Terror” en el cuento de su volumen compilatorio, que aborda el vínculo entre un anciano y un chico, además del crecimiento de este último.
La misma trama que debuta en el streaming en la cinta que tiene como productores al “Rey Midas de la TV”, Ryan Murphy (DAHMER-Monstruo), y a Jason Blum, el jefe de la famosa productora Blumhouse.
Un destacado dúo al que se une, en calidad de productor ejecutivo, el mismo King, para revivir la historia de Craig y su nexo -que supera el límite entre vida y muerte- con el reservado Sr. Harrigan.
Una conexión más allá de la muerte
Y cuya historia, que se toma su tiempo para presentarse al público, se inicia cuando el despierto niño del poblado de Harlow, en Maine, es contratado por el millonario John Harrigan (Donald Sutherland).
Su misión: leerle tres veces a la semana, ya que la vista del viejo empresario está cada vez peor. Una labor por la que Craig (Jaeden Martell) recibe una pequeña paga, además de boletos de la lotería.
Una rutina que al cumplir cinco años sufre un pequeño cambio, luego de que el ahora adolescente gana dicho sorteo y decide regalarle al Sr. Harrigan un IPhone como el que él ya tiene.
Lo que le permite al anciano revisar los datos financieros y comunicarse con su joven protegido. Un contacto que adquiere ribetes algo paranormales después de la inesperada muerte de Harrigan.
Luego de que Craig es atacado por el matón de su secundaria y decide contactarse con el desaparecido magnate, dejándole un mensaje en el celular que puso en su bolsillo antes del entierro.
En el clímax con tintes de horror de una cinta que se mueve más que nada por el drama con algo de suspenso, donde lo esencial es el vínculo entre sus protagonistas y la siempre sólida presencia de Sutherland.