Hace un par de semanas, Chris Hemsworth llegó a Netflix como productor ejecutivo de Interceptor -la cinta de acción con su esposa Elsa Pataky-, para ahora retornar a la plataforma con La Cabeza de la Araña.
El thriller donde el actor australiano repite su rol de productor, pero además se reserva el papel de protagonista de una interesante y peculiar trama que se inspira en el cuento Escape from Spiderhead.
Un relato distópico escrito por George Saunders y publicado originalmente en la famosa revista The New Yorker en 2010, que ahora llega al streaming convertido en el largometraje dirigido por Joseph Kosinski.
El mismo realizador que estuvo detrás del éxito de Top Gun: Maverick y ahora cambia la velocidad de los aviones y a Tom Cruise por el suspenso y Hemsworth, en una narración que se sitúa en un futuro cercano.
Cuando Steve Abnesti (Hemsworth) llega a una prisión -la mentada Spiderhead o Cabeza de Araña-, donde él encabeza testeos a prisioneros que cambiaron sus condenas para ser verdaderos conejillos de indias.
En los cuales Abnesti prueba drogas que pueden transformar su comportamiento, e incluso sentimientos, que tienen inusuales nombres como Verbalice, que induce la conversación, o Luvactin, que potencia el cariño.
Las peligrosas pruebas de Abnesti
Un trabajo que realiza junto a su ayudante Verlaine (Mark Paguio) y tiene como uno de sus sujetos de prueba a Jeff (un preciso Miles Teller), quien fue condenado a prisión por haber causado un mortal accidente.
Al cual los investigadores, que lo surten de drogas a través de un dispositivo en su espalda llamado Movipack, usan para probar el Luvactin y analizar la pasión que en él desata con una compañera de encierro.
Aunque el verdadero objeto de su atención es otra reclusa llamada Lizzy (Jurnee Smollett), a la que ayuda en la cocina y con quien puede compartir su preocupación cuando es testigo de peligrosas pruebas de conducta.
En las cuales tiene especial protagonismo la droga bautizada como Darkenfloxx -traducida como Terrorfloxx- que hace experimentar un profundo y angustiante temor, como ya lo sintió en carne propia el mismo Jeff.
Los terribles efectos que hace notar a Steve, pero que este no puede dejar de testear por órdenes de sus jefes. En el inicio de un camino fílmico marcado por el suspenso, la ironía y la ficción, que llevará a graves revelaciones.
En especial la relacionada con las intenciones del sociopático investigador encarnado por un preciso y destacado Hemsworth, que conduce a un final algo deficiente para lo logrado en la mayor parte de su cautivante trama.