Los 14 ochomiles
En 2019, el alpinista nepalí Nirmal Purja puso en marcha el más ambicioso de los planes de su aventurera vida: subir las 14 cumbres sobre los 8.000 metros que existen en el mundo, en solo 12 meses.
Un desafío que parecía imposible, pero que él mismo bautizó como Proyecto posible. Y lo logró al alcanzar, entre abril y noviembre de ese año, las cimas de montañas como Annapurma, Lothse, K2 y el Everest, la más imponente de todo el planeta.
Toda una hazaña que batió récords y que quedó registrada en Los 14 ochomiles: no hay nada imposible, inspirador y emotivo documental que estrenó Netflix y que logra atrapar no solo a los fanáticos del montañismo y los deportes extremos.
En sus casi 100 minutos, el largometraje muestra la planificación y los detalles de la misión, pero también los inicios de Purja, quien crecío entre las montañas, en el distrito de Chitwan, en Nepal, y quien más tarde se alistó en la Brígada de los Gurkhas, conocidos por ser feroces combatientes, y luego en el cuerpo de elite de la marina británica.
Esa experiencia explica en parte su valentía y decisión para afrontar su gran proyecto, en el que lo acompañó un grupo de alpinistas, también nepalíes, y que, como era de esperar, no estuvo exentos de dificultades que podrían haber desalentado a cualquiera, pero jamás a Purja.
Colonia Dignidad
El nombre de Paul Schäfer y su “sociedad benefactora” marcan un sombrío pasaje de la historia reciente de nuestro país. Los mismos que ahora reviven en la nueva y completa docuserie original de Netflix titulada Colonia Dignidad: una secta alemana en Chile.
Comienza introduciendo a la figura del líder alemán desde que vivía en Alemania y se hizo de un nombre como evangelizador y consejero de jóvenes, hasta su llegada a Chile, donde en 1961 comenzó escribirse la oscura trayectoria de Colonia Dignidad, escenario de graves situaciones y abusos orquestados por Schäfer.
De hecho, varios de los protagonistas del relato son los mismos colonos que vivieron junto al líder de la secta y sufrieron de su mano dura y sus abusos. Como el chileno que se transforma en narrador de la serie: Salo Luna.
Un espacio compuesto por seis capítulos y hecho por la productora germana Looks Medienproduktionen, que se convierte en una de las más completas crónicas en torno al aterrador enclave germano.
Schumacher
Hay un piloto de Fórmula 1 que simboliza el automovilismo incluso más allá de las carreras y escuderías: Michael Schumacher. La popular figura alemana del deporte motor que llega a Netflix como el centro de este documental, que ofrece un recorrido por la carrera y la vida del automovilista.
Las dos caras, la familiar y la profesional, por las que transitan los 110 minutos de la cinta, donde son claves las imágenes de archivo -de noticieros, personales y de las escuderías-, y entrevistas a sus familiares, colegas y a especialistas en automovilismo.
Y lo más importante: en sus minutos finales entrega algunos detalles de la condición actual del deportista, quien en diciembre de 2013 sufrió un grave accidente mientras esquiaba que le provocó una lesión cerebral, que habría afectado su condición general hasta hoy.
Un cierre agridulce para un documental hecho con el apoyo familiar, que se convierte en un homenaje a la estrella del automovilismo que traspasó las barreras de la F1, alcanzando una popularidad que incluso lo llevó a ser un personaje de la película Cars: el auto deportivo Michael Schumacher Ferrari.
Punto de inflexión
Justo antes de cumplirse 20 años de los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, Netflix estrenó esta recomendable serie documental, que lleva por subtítulo “el 11S y la guerra contra el terrorismo”.
Se suma así la larga lista de títulos que se han estrenado en las últimas décadas sobre estos hechos y que se han abordado desde diferentes aspectos.
Pese a eso, Punto de inflexión merece ser visto, porque en sus cinco capítulos profundiza en el antes y después de los atentados, retrocedendo incluso hasta los años 80 en Afganistán, para explayarse sobre la situación política y social que dio origen a Al Qaeda, por ejemplo, en el primer capítulo.
Luego, en los siguientes muestra también las consecuencias de los ataques, con la guerra que inició el presidente George W. Bush y recordando oscuros pasajes de la historia recientes como el centro de detención de Guantánamo, en Cuba.
Sophie: un asesinato en West Cork
El productor ejecutivo de los premiados documentales Man on wire (2008) y Searching for sugarman (2012) está detrás de esta atrapante docuserie true crime estrenada en Netflix.
En tres capítulos revive el crimen que en 1996 remeció al pequeño pueblo costero de West Cork, en Irlanda, donde justo antes de Navidad apareció el cuerpo sin vida de una mujer.
Se trataba de Sophie Tuscan du Plantier, una guapa francesa, que solía codearse con la alta sociedad parisina por ser pareja del famoso productor de cine Daniel Toscan du Plantier.
Sophie solía ir siempre a West Cork, donde compró una casa, atraída por la tranquilidad y la belleza oscura de este lugar, en el que finalmente encontró la muerte.
Precisamente los habitantes del pueblo ayudan, a través de entrevistas, a reconstruir los últimos días de la víctima, entre ellos el hombre sospechoso de haberla asesinado: el intimidante periodista Ian Bailey.
Esto es pop
Ay, el pop. Quizás el género musical más vilipendiado de la historia. Menospreciado también por investigadores y documentalistas, en desmedro de otros como el jazz o el punk, por poner dos ejemplos.
Pero la serie documental Esto es pop viene a hacer justicia a la música más popular y dejando de lado a sus nombres más obvios -Madonna, Michael Jackson, The Beatles- para centrar cada uno de sus ocho episodios en una escena, momento o banda en particular.
Como una declaración de intenciones, parte con un grupo ultra exitoso a mediados de los 90, pero olvidado hoy, Boyz II Men, un nombre con el que quizás no existirían Backstreet Boys, Nsync y todas las boy bands que proliferaron despés.
Luego, desentrañar la magia que hay detrás de las canciones pegajosas de tres minutos con capítulos dedicados al auto-tune, el pop sueco, el country más comercial, el brit pop y el Brill Building, el edificio de New York donde se componían las canciones más exitosas de los años 60.
Desde el fundador de ABBA, Benny Anderson, hasta Linda Perry, además de Billy Bragg, Alan McGee y Suzanne Ciani aparecen entrevistados en esta docuserie que, al igual que las buenas canciones pop, deja con ganas de más.
Los hijos de Sam
Desde la serie Mindunter hasta canciones de Tori Amos y Cypress Hill, son múltiples las referencias en la cultura pop a David Berkowitz, más conocido como El hijo de Sam, el asesino en serie que en la segunda mitad de los 70 sembró el terror en las calles de Nueva York.
Entre 1976 y 1977, mató a seis personas e hirió a otras siete, en su mayoría jóvenes parejas que durante en las noches conversaban dentro de sus autos en zonas alejadas del Bronx y Brooklyn.
Más de cuatro décadas, sus crímenes reviven en la nueva serie documental de Netflix siguiendo una tesis que, en su momento, muchos prefirieron ignorar: la de que Berkowitz no actuó solo y que en realidad más que uno, los hijos de Sam fueron varios.
Esa es la teoría de Maury Terry, un periodista que sostuvo que detrás del asesino y sus crímenes habría un culto satánico, un grupo que se hacía llamar Los Niños.
Y son investigación y las pistas de Terry las que muestra esta docuserie que, a través de cuatro capítulos, lleva al espectador a un descenso a los infiernos -como reza su subtítulo- que fascinará a los fanáticos de las historias true crime y también los seguidores de las historias relacionados con el ocultismo y las sectas.
Seaspiracy: la pesca insostenible
Los mismos productores del documental Cowspiracy (2014) vuelven a meter ruido con un nueva y polémica investigación. Si en el primer largometraje mostraban el impacto de la ganadería en el medio ambiente, con Seaspiracy: la pesca insostenible apuntan a la pesca industrial y el daño que está provocando en los océanos y la vida que ahí existe.
Como una hebra que al tirarla revela un enredo mayor, el realizado británico Ali Trabizi recorre diferentes países siguiendo las pistas del impacto negativo de la pesca a gran escala en varias partes del mundo, revelando su cara más oscura.
Es un viaje que narra en primera persona y que parte en Taiji, un pueblo al sur de Japón donde barcos que trabajarían para la industra del entretenimiento marino -la de los parques acuaticos con shows de animales- matan delfines a vistas de todos y sin motivos aparentes.
Desde ahí va mostrando las dudosas prácticas de los pesca ilegal en Liberia, el daño ambiental de la salmonicultura en Escocia y hasta la esclavitud de la industria en Tailandia, con testimonios de hombres que trabajaron forzosamente ahí y hasta vieron a otros morir en medio del mar.
Con entrevistas a científicos, activistas ambientales, pescadores y representantes de ONGs, entre otros, Seaspiracy revela en 90 minutos el daño que está industria está provocando. Tan grave que, asegura, para 2048 los mares podrían estar vacíos si no se toman medidas drásticas.
Biggie: I got a story to tell
El rapero Christopher Wallace fue un grande, tanto en sentido literal como figurado: media casi 1.90 metros y tenía una figura imponente. De ahí todo los apodos que tuvo: Biggie Smalls, Notorious B.I.G. o Biggie a secas.
Con todos esos nombres artísticos se hizo conocido uno de los raperos más influyentes de la historia, el mismo que en los años 90 se convirtió en salvador de la escena hip hop de la Costa Este..
Tuvo una vida corta pero intensa -murió asesinado de un tiro a los 24 años-, que se repasa en este recomendable documental original de Netflix, subtitulado I got a story to tell.
Y quienes se encargan de contar su historia son las personas más cercanas a Biggie, desde su madre, Voleta Wallace, hasta los amigos con los que creció en Brooklyn, los mismos con los que dio sus primeros pasos en el rap y también en la delincuencia.
Precisamente ahí está el mérito de este sincero registro, que podría haber recurrido a las típicas declaraciones de famosos, pero que prefirió apostar por darle voz a los verdaderos de Notorious B.I.G.
La era samurái
Espías y asesinos. Personajes que generalmente son parte de una trama de espionaje, pero que también están muy presentes en La era samurái: la batalla por Japón, la serie que mezcla drama y documental para revivir un pasaje clave de la historia japonesa.
El que se desarrolló en el siglo XVI y que llega a Netflix con seis capítulos que reviven el período en que los señores feudales luchaban por el control del territorio, conocido como Sengoku y que estuvo marcado por la anarquía.
Su compleja trama mezcla a hombres poderosos con el espionaje, los asesinatos y las tácticas militares, a través de la cual se fue reunificando Japón. Una especie de Game of thrones -guardando las proporciones- en territorio nipón, bastante sanguinario y violento, y que tiene como primera fuente la historia, pero también se inspira el arte nipón y las novelas gráficas.
Un falsificador entre mormones
Un hombre encuentra unos valiosos documentos que podrían cambiar para siempre la historia de la iglesia mormona y que vende en un desconocido mercado. Parece la trama de una series de conspiraciones, pero no, es el punto de partida de uno de los documentales Netflix 2021 más comentados.
Ese hombre es Mark Hofmann, el protagonista de esta docuserie y una especie de dealer de documentos históricos del Movimiento de los Santos de los Últimos Días, más conocida como mormonismo.
Fue un desconocido hasta que en octubre de 1985 en su ciudad, Salt Lake City, Utah, se registraron tres explosiones que terminaron con dos personas muertas y el mismo Hofmann herido.
Pronto se descubrió al cupable los atentados y la verdadera historia de este dealer, la que se revisita en esta serie documental de tres episodios, que pasan del relato de conspiraciones a la investigación policial, y que se ven de una sentada de los atrapantes que son.
Pelé
Para los brasileños, Edson Arantes do Nascimento, o simplemente Pelé, es la figura máxima del balompié mundial, por haber llevado el nombre de Brasil a lo más alto de este deporte y además ser el consuelo de algunos en un conflictivo momento de su historia.
Un detalle no menor que revela el documental que llega a Netflix, bajo el simple título de Pelé, que realizó la británica Pitch Productions -con el director Kevin Macdonald como productor ejecutivo- y que tiene al mismo deportista como primera fuente de su relato.
El que parte narrando su infancia y sus inicios en el fútbol, que se hace presente en su vida gracias a su padre, un jugador conocido como Dondinho y que incentivó al pequeño Edson en este deporte cuando vio su talento. Gracias a su innato dominio del balón, con solo 15 años de edad se fue a probar al club Santos.
Así parte este recorrido por parte de su carrera donde son claves las entrevistas a compañeros, familiares, amigos, periodistas y políticos, que fueron testigos de su ella; entre los que se cuentan su hermana María Lucía, el músico Gilberto Gil y futbolistas como Jairzinho y Zagallo.
Escena del crimen
En febrero de 2013, un enigmático video se hizo viral y convirtió en detectives amateurs a miles de personas en todo el mundo y que mostraba a una joven que entraba y salía de un ascensor del Hotel Cecil, actuando extrañamante y como si alguien la estuviera siguiendo.
Esa joven era Elisa Lam, la estudiante canadiense de 21 años que, pocos días antes, había desaparecido sin dejar rastros mientras estaba de viaje en la ciudad de Los Angeles. Aunque su búsqueda ya había causado interés, la viralización de esa inquietante grabación no hizo más que multiplicar la atención sobre su caso.
Días después, encontraron su cuerpo en la azotea del hotel donde se hospedaba, el mismo que ya tenía un largo historial de hecho truculentas, que incluye asesinatos, suicidios y sobredosis y al que llaman “Hotel Muerte”. Una fama siniestra que Netflix repasa en Escena del crimen: desaparición en el Hotel Cecil, su nueva serie documental.
Y lo hace de la mano de un experto en historias true crime, el director Joe Berlinger, el mismo que llevó dos veces a la pantalla al asesino en serie Ted Bundy, primero en la docuserie Las cintas de Ted Bundy y luego en la película Extremadamente cruel, malvado y perverso.
Supongamos que Nueva York es una ciudad
Fran Lebowitz es una escritora, intelectual, conferencista y, sobre todo, un ícono neoyorquino. La misma a quien su amigo Martin Scorsese -otro emblema de la Gran Manzana- le dedicó un documental, llamado Public speaking, que se estrenó en 2010 en HBO.
Ahora el director de Taxi driver vuelve a declarar publicamente su amor por esta intelectual en Supongamos que Nueva York es una ciudad, miniserie documental que acaba de estrenar Netflix y que dirige el premiado realizador.
La premisa de esta producción es hacer juntos una especie de recorrido por Nueva York bajo la mirada de Lebowitz. Y resulta que su visión de la ciudad que nunca duerme es mordaz, provocadora, fascinante y siempre brillante.
A lo largo de sus siete episodios la protagonista habla sin parar, contando historias, recuerdos y divertidas ancécdotas con las placas en el suelo de Nueva York, los taxistas, Charles Mingus y Muhammad Ali.