¿El desaparecido Maradona, Messi, Ronaldo o Pelé? Son los nombres que surgen al consultar por el mejor jugador de la historia del fútbol y cuya respuesta para los brasileños, como es de suponer, es clara, tanto por lo netamente deportivo como por lo afectivo.

Para ellos Edson Arantes do Nascimento, o simplemente Pelé, es la figura máxima del balompié mundial, por haber llevado el nombre de Brasil a lo más alto de este deporte y además ser el consuelo de algunos en un conflictivo momento de su historia.

Un detalle no menor que revela el documental que llega a Netflix, bajo el simple título de Pelé, que realizó la británica Pitch Productions -con el director Kevin Macdonald como productor ejecutivo- y que tiene al mismo deportista como primera fuente de su relato.

Una narración que en sus primeros minutos se instala en el Mundial de México en 1970, cuando el jugador sentía la presión de los fanáticos y la prensa; y según algunos no estaba en su mejor momento, como una voz asegura en la cinta: “no estaba tan bueno como antes”.

Poco después, en medio de un salón vacío, una figura se asoma caminando con dificultad con la ayuda de un andador para la tercera edad. Tras la impresión, el espectador reconoce a Pelé, quien se sienta en una silla y afirma que “Brasil es mi país, significa todo”.

Un adolescente en la selección de Brasil

La frase que lleva al pasado, cuando sus abuelos se ganaban la vida repartiendo leña. Sin embargo, pronto se hace presente el fútbol en la figura de su padre, un jugador conocido como Dondinho y que incentivó al pequeño Edson en este deporte cuando vio su talento.

Gracias a su innato dominio del balón, con solo 15 años de edad se fue a probar al club Santos, ubicado en el municipio del mismo nombre del estado de São Paulo, al que se integraría profesionalmente, para el año después de que lo convocaran a la selección nacional.

Y es precisamente su paso junto al cuadro de la “verdeamarela” por cuatro mundiales el eje del documental, partiendo en la copa que se realizó en 1958 en Suecia, donde Brasil resultaría campeón y Pelé se convertiría en el jugador más joven en jugar una final.

De ahí vendría Chile 62 con un nuevo triunfo para los brasileños, pero sin Pelé dentro de la cancha por una lesión, para pasar a Inglaterra 66, cuando sorpresivamente a Brasil lo eliminaron en primera ronda, dejando sumido al jugador en el desconsuelo.

Y como lo muestra el documental, decidido a no volver a jugar por su selección, mientras se consolidaba en Santos y se transformaba en uno de los futbolistas mejor pagados de la época, con contratos comerciales de productos que iban desde gasolina a pasta dental.

El triunfo como consuelo

Un recorrido por parte de su carrera donde son claves las entrevistas a compañeros, familiares, amigos, periodistas y políticos, que fueron testigos de su ella; entre los que se cuentan su hermana María Lucía, el músico Gilberto Gil y futbolistas como Jairzinho y Zagallo.

Y son varios de ellos los que ayudan a reconstruir un pasaje de la historia de Brasil donde Pelé y el fútbol se convirtieron en consuelo para sus habitantes. Cuando el país estaba bajo la dictadura de Emílio Garrastazu Médici y se avecinaba el Mundial de México de 1970.

Una cita deportiva que su gobierno iba a utilizar como propaganda, pero que además enfrentaría a Pelé nuevamente, y por última vez, con la selección. La que, tras el triunfo de su escuadra ante Italia, se convertiría en un bálsamo para el pueblo brasileño.

Las revelaciones que dibujan a un Pelé diferente, haciendo de este nuevo documental, centrado en solo una etapa de su vida, una muy buena adición al material audiovisual que a través de los años ha inspirado O Rei, como también se conoce al jugador.

Una cinta que además ofrece acceso a muchos de sus cercanos y a valioso material de archivo, tanto de su vida personal como deportiva, donde se destacan las emocionantes imágenes de sus goles, en especial los que efectuó en los mundiales donde participó.

Ver en Netflix