5. El Camino: Una Película de Breaking Bad
Para muchos seguidores de Breaking Bad, esta serie necesitaba un cierre más redondo. Así es como llegó El Camino, la cinta que comienza justo donde la serie llega a su final. El actor Aaron Paul vuelve a hacer de Jesse Pinkman, el dealer problemático y nerviosillo que vimos durante 60 episodios.
Luego se recuperar la libertad (es todo lo que diremos), su idea es irse para siempre de Alburquerque, redimirse y encontrar la paz en otro lugar, pero primero debe resolver algunos pendientes.
Como en Breaking Bad, aquí se mantiene el estilo narrativo tranquilo, ofreciendo un viaje al interior de nuestro protagonista, aunque no faltan los momentos de acción y tensión.
Un filme que cumple adecuadamente con las expectativas de esos millones de fans de la serie que habían quedado con gusto a poco cuando ésta terminó, hace ya seis años atrás.
4. Mi Nombre es Dolemite
Eddie Murphy en su enésima reinvención, pero esta vez la jugada fue exitosa, porque tuvo como resultado esta cinta basada en la vida de Rudy Ray Moore, un comediante incomprendido en los 70, con un estilo bien particular que finalmente se impuso a punta de tesón y trabajo.
Un tipo que quiso hacer humor y una película a su manera, con situaciones venidas de las calles, de los suburbios donde nació y vivió.
Esas que para la supremacía blanca de la época resultaban ordinarias, subidas de tono y poco graciosas, pero que eran grito y plata entre la comunidad afroamericana. Público que transformó a Ray Moore en un ícono, un personaje que ahora le permite a Murphy recuperar su sitial como el emblemático comediante que es.
Dirigido por Craig Brewer, este filme nos lleva a conocer a este personaje ignoto por estos lados y recuperar la figura de un actor (Murphy) que marcó la infancia de un par de generaciones.
3. Los Dos Papas
Esta es otra muy buena película salida desde la factoría Netflix, con un elenco estelar, con una historia muy interesante y con la dirección experta del brasileño Fernando Meirelles, el mismo de Ciudad de Dios y El Jardinero Fiel, dos peliculazas de comienzos de siglo.
Anthony Hopkins y Jonathan Pryce se meten en la piel de los papas Benedicto XVI y Francisco, respectivamente, logrando caracterizaciones que confirman por qué están entre los grandes actores de la historia del cine.
La cinta muestra a ambos pontífices en las antípodas del catolicismo, uno muy conservador y el otro reformista, en cierta forma revolucionario. ¿Qué los une? Enfrentar el destino, el retiro para uno; asumir su responsabilidad, no retirarse e, incluso, ser una opción como nuevo pontífice, para el otro.
Con un ritmo pausado y bajo el alero de esas sólidas actuaciones, las conversaciones entre Benedicto XVI y Jorge Bergoglio, antes de que el primero renunciara a su cargo, se toman la pantalla y develan un filme original y acertado, con unos toques de humor que contribuyen también a que sea una de las producciones más queribles del año.
2. El Irlandés
Dura tres horas y media y eso establece una especie de barrera para que algunos vean este filme. Hay que admitirlo.
Lo ideal sería, eso sí, que todos prestaran atención a esta joya salida de la mente de uno de los directores más talentosos que ha dado el cine estadounidense, Martin Scorsese, autor de obras maestras como Taxi Driver, Toro Salvaje, Buenos Muchachos y Casino, por nombrar sólo un puñado.
Acostumbrado a darle una mirada al tema de la mafia, aquí lo despoja de glamour, incluso de la ferocidad y crueldad de otros de sus filmes, para presentarnos la historia de Frank Sheeran (Robert de Niro), un sicario que durante décadas se dedicó a servir a la banda gangsteril de los Bufalino y al dirigente sindical Jimmy Hoffa (Al Pacino), quien desapareció en 1975 sin dejar rastro.
Se trata de un filme oscuro, de colores apagados y tenues, con el protagonista sumido en la soledad al final de sus días. Mientras relata su pasado, Sheeran padece el aislamiento de los que traicionan y que al final no son nada, ni amigos ni enemigos, ni queridos ni odiados.
Sin contar las magníficas actuaciones, sobre todo de De Niro y Joe Pesci.
1. Historia de un Matrimonio
Por una cabeza se impuso este drama intenso y emotivo que nos lleva a acompañar a una pareja por el duro tránsito del divorcio. Scarlett Johansson y Adam Driver (sólidos, entrañables) encarnan a Nicole y Charlie, un par que aún se ama, pero cuyos proyectos de vida ya no son tan indivisibles, más allá de la paternidad que los une.
Con una mirada ecuánime, equidistante, el director Noah Baumbach nos va revelando de a poco cómo fue que el amor se rompió, en un filme que está inspirado en su propia experiencia, cuando se separó de la actriz Jennifer Jason Leigh hace unos años atrás.
El guión va haciendo lo suyo, con delicadeza, cuidando a los personajes, revelando datos y planteando inquietudes que, como en la vida misma, no tienen respuestas fáciles ni predeterminadas.
Como si fuera poco, hay un trío de actores de reparto (Laura Dern, Ray Liotta y Alan Alda) que está brillante, con escenas que realmente descollan y aportan un toque de humor, sobre todo en el caso de Dern.
Una excelente fotografía y una banda sonora muy adecuada completan esta película que está entre lo mejor del 2019 y no sólo de Netflix.
Ver aquí Historia de un Matrimonio
Menciones honrosas
El Rey, la cinta protagonizada por Timothée Chalamet y Robert Pattinson, merece ser nombrada como uno de los mejores estrenos de la plataforma de streaming.
Lo mismo con Perdí Mi Cuerpo, una sorprendente cinta de animación para adultos llegada desde Francia que te conquista a punta de poesía.
Eso, sin olvidar Atlantique, una cinta franco-senegalesea que se llevó el Gran Premio del Jurado en el último Festival de Cannes, una producción que habla de migración ilegal, sueños, amor y desesperanza, temas narrados con sutileza y alta creatividad.