Nisman: El Fiscal, la Presidenta y el Espía, un thriller político que atrapa y no da respiro

Nisman: El Fiscal, la Presidenta y el Espía, un thriller político que atrapa y no da respiro
Nisman | Netflix

Nisman: El Fiscal, la Presidenta y el Espía —sobre la muerte del fiscal argentino que investigó el atentado a la AMIA— es la prueba de que un buen documental puede superar en interés a cualquier película. Una docuserie que tiene de cabeza al país vecino.

Una buena historia puede dar perfectamente para seis horas de metraje. Eso ocurre con Nisman: El Fiscal, la Presidenta y el Espía, un documental de Netflix, dividido en seis episodios de una hora cada uno, sobre la muerte de Alberto Nisman, fiscal que por años investigó el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires.

Ese episodio, en que resultaron muertas más de 80 personas, ocurrió a mediados de los 90, pero tras años de investigaciones fallidas y acusaciones cruzadas y falsas, nunca hubo culpables.

Nisman, según muchos, había llegado a la verdad, pero ad portas de revelarla y explicarla en el Congreso, apareció muerto en su departamento. Un suicidio que para muchos fue más bien un homicidio, en una trama que podría haber dado pie a un brillante thriller político de ficción, pero que en formato de documental resulta tanto o más interesante.

La producción ha causado revuelo en el país vecino, porque ahí aparece una entrevista al actual presidente de Argentina, Alberto Fernández, quien hace unos años no creía que Nisman se hubiera quitado la vida. El mandatario, de hecho, ha tenido que salir a aclarar estas declaraciones, llenando páginas en la prensa trasandina.

Muerte sospechosa

Dirigida por el inglés Justin Webster, la docuserie analiza todas las aristas del caso, desde las causas del atentado a la AMIA, las repercusiones políticas que éste tuvo y cómo la justicia poco y nada hizo —o pudo hacer— para aclararlo.

Muestra también las circunstancias en que murió el fiscal Alberto Nisman, los argumentos de quienes no creen que se haya suicidado ese 18 de enero de 2015 y la tesis de la fiscal que se encargó de investigar su fallecimiento.

Es, en definitiva, el análisis de buena parte del funcionamiento político, del poder judicial y del sistema policial y de inteligencia argentinos en los últimos 25 años.

Obviamente que este esfuerzo no es suficiente para los trasandinos y para quienes entienden a cabalidad esta maraña de hechos, conexiones y efectos que ha involucrado al gobierno de Irán, a la Presidenta Cristina Fernández (y, antes, a Carlos Menem) y a efectivos de los servicios de espionaje tanto de Argentina como de otros países.

Visto con ojos menos exigentes, se trata de una producción muy bien lograda, didáctica y, sobre todo, cautivadora, de esas que no puedes parar de ver capítulo tras capítulo, lo que la hace “maratoneable” al 100%.

Certezas (pocas), teorías conspirativas, testimonios más o menos reveladores (políticos de toda laya, jueces y fiscales, familiares de las víctimas de AMIA, periodistas de investigación, gente del círculo íntimo de Nisman), imágenes históricas, material ilustrativo (como una línea de tiempo siempre presente) y el registro de un país polarizado y atento a rebatir lo que plantea la contraparte, convierten a este trabajo audiovisual en un deleite para los amantes del suspenso, sea ficticio o real, como es en este caso.

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