No miren arriba: la comedia donde una catástrofe amenaza a la humanidad

No miren arriba: la comedia donde una catástrofe amenaza a la humanidad
No miren arriba | Netflix

Adam McKay (El vicepresidente: más allá del poder) es el director de la película en que un gran elenco, encabezado por Jennifer Lawrence, Leonardo DiCaprio y Meryl Streep, da vida a un relato marcado por la sátira, donde un cometa destruiría la Tierra en pocos meses.

¿Qué pasaría si un cometa amenazara con destruir la Tierra? Esta pregunta es el eje de No miren arriba, la octava película como director de Adam McKay y la primera de sus cintas con el sello de Netflix, que tuvo un estreno limitado en salas para ahora arribar al streaming.

Y lo hace precisamente horas antes de Navidad, tal vez como un regalo anticipado para los seguidores del realizador estadounidense que se han acostumbrado a su tipo de comedia, desde El reportero: la leyenda de Ron Burgundy hasta El vicepresidente: más allá del poder.

Un camino a través del humor donde siempre ha sido clave su uso de la sátira para reflejar los vicios de un individuo, un medio o una sociedad, haciendo hincapié en la ridiculización y la ironía. Ingrediente que se encuentra en grandes cantidades en su última apuesta fílmica.

No Miren Arriba | Netflix

En la cual la comedia se une a la ciencia ficción y el género cinematográfico del desastre, además de un destacado elenco, en un relato que tiene como punto de partida el descubrimiento que hace la postulante a un doctorado Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence).

El que realiza en una noche cualquiera en el observatorio del departamento de astronomía de la Universidad Estatal de Michigan y le permite conocer la existencia de un gran cometa, de varios kilómetros de diámetro, que pronto es bautizado Cometa Dibiasky.

La indiferencia ante la catástrofe

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Pero tras la algarabía que produce el avistamiento, que congregó a varios de sus colegas y profesores, entre los que se destaca el Dr. Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), otro hallazgo lo cambia todo. Uno que realiza un sorprendido Mindy y lo comparte solamente con Kate.

Después de chequear y contrachequear sus cálculos, Mindy descubre que el cometa viene en trayectoria directa a la Tierra y en meses chocará con su superficie, destruyendo la vida que en ella se alberga. Una catástrofe que debe ser informada lo antes posible.

El primero en conocer la noticia es el Dr. Teddy Oglethorpe (Rob Morgan), el jefe de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA que se convierte en el principal aliado de Randall y Kate, acompañándolos a la Casa Blanca a hablar con la presidenta.

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Sin embargo, el recibimiento por parte de la mandataria, Janie Orlean (Meryl Streep), y su jefe de gabinete -su propio hijo Jason (Jonah Hill)-, es inusual, ya que la destrucción de la Tierra les importa menos que una nominación política que involucra a alguien de su partido.

Esto lleva a los científicos a buscar atención en los medios, llegando a un conocido periódico y de ahí a un popular matinal de TV, donde Kate pierde los estribos y les comunica a todos el inminente desastre mundial. Sin embargo, su revelación no provoca el efecto deseado.

La ironía y la caricatura

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Pero un escándalo sexual logra que la Presidenta Orlean se convierta en la principal impulsora de un plan para destruir el cometa antes de que llegue al planeta. Aunque la aparición del billonario tecnológico Peter Isherwell (Mark Rylance) lo cambia todo.

Una serie de hechos que se suceden mientras en el espacio exterior la distancia entre el cometa y la Tierra se acorta por segundos, y donde la ironía es el elemento esencial. Con la paradoja de que el poder y la popularidad sean más importantes que las vidas de millones.

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En un claro paralelismo con la actitud del gobierno de Trump y su tratamiento de la pandemia, y de cómo en varios momentos hicieron de la emergencia sanitaria un circo mediático. Aunque en No miren arriba la crisis es muchísimo más dramática y mortal.

El tipo de sátira que McKay ya había usado para ofrecer su mirada a la política estadounidense en El vicepresidente -o la economía en La gran apuesta-, pero que acá llega a saturar la trama, haciendo que el eje dramático pierda por momentos su atractivo.

Sin embargo, siempre es interesante ver a figuras como Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett y Leonardo DiCaprio dando vida a personajes que rayan en la caricatura, en especial al último de ellos encarnando a un maduro astrónomo con ataques de ansiedad.

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