Hermana Muerte
Dentro de las películas de terror nuevas, se encuentra lo último del director español Paco Plaza, Hermana Muerte.
La cinta original de Netflix que sirve de precuela a Verónica, la inquietante cinta de 2017 que ahora Plaza complementa con la historia de origen de uno de sus secundarios.
La monja ciega Sor Narcisa (Consuelo Trujillo) que advertía a la Verónica (Sandra Escacena) sobre la extraña presencia a la que ella había invocado con la tabla ouija.
La cual ahora es protagonista del inquietante largometraje donde se conoce cómo y por qué ella puede ver, sin mirar, a los espíritus y entidades paranormales de su entorno.
En una narración que abandona los años 90 de la la cinta que la precedió, para viajar a la España post Guerra Civil, cuando la novicia Narcisa (Aria Bedmar) llega a un internado de niñas.
Cría siniestra
A través de una trama simple, pero inesperada y bien realizada, la película finlandesa Cría siniestra lleva al espectador a lo largo de una inquietante hora y media de metraje sobre crecimiento y cambio.
El cual, bajo la dirección de Hanna Bergholm, se centra en Tinja (Siiri Solalinna), una chica de 12 años que vive con sus padres (Sophia Heikkilä y Jani Volanen) y su hermano Matias (Oiva Ollila).
Una familia en apariencia perfecta, pero que pronto va revelando sus quiebres y extrañas personalidades, y donde todo se vuelve más oscuro luego de que la adolescente encuentra un huevo y comienza a cuidarlo hasta que sale una cría.
La que no es una ave, sino una intimidante criatura de aspecto esquelético a la que Tinja bautiza Alli, que imita lo que ella hace y decide deshacerse (o intenta) de lo que molesta a su protectora.
Pronto todo empeora, cuando Alli va mutando y se transforma en una copia casi perfecta, pero violenta, de la adolescente.
La conferencia
Desde Suecia, y con bastantes sustos y humor, llegó La conferencia, la película que lleva a la pantalla la novela Konferensen, de Mats Strandberg (El círculo).
El periodista y escritor que ha hecho carrera en la fantasía y el terror literario, y es el creador de la singular narración que inspira la cinta de Netflix dirigida por Patrik Eklund.
La que, como muchos títulos slasher que la preceden, tiene como escenario cabañas vacacionales entre bosques y a orillas de un lago, donde ataca un asesino despiadado.
Aunque aquí el objeto de su violencia no son jóvenes -como en Martes 13 o Nadie duerme en el bosque esta noche, también de Netflix-, sino que los maduros trabajadores de un municipio.
Los que se convierten en el blanco de un homicida en un centro vacacional de Kolarängen, en el corazón de una trama que logra entretener e impactar con sus escenas más sangrientas.
Juicio al diablo
Los escalofríos también son parte del documental que revive la primera y única vez que la “posesión demoníaca” se usó oficialmente como defensa en un juicio por asesinato en EE.UU.
El caso de los 80 bautizado como El diablo me hizo hacerlo que involucró a Arne Cheyenne Johnson, el joven de 19 años que asesinó a su casero Alan Bono bajo la influencia de fuerzas demoníacas.
Un crimen que atrajo la atención de los expertos en los paranormal Ed y Lorraine Warren -los mismos de El conjuro-, que se hicieron conocidos por su investigación en Amityville años antes.
Los que reviven en la cinta de Chris Holt que aborda los sucesos que condujeron a la muerte de Bono, el juicio y las secuelas, usando los relatos de las personas más cercanas al caso.
Tin & Tina
Por lo general los antagonistas de las cintas de terror son monstruos, seres paranormales y asesinos, pero Tin & Tina reafirma a los niños como algunos de sus personajes más inquietantes.
Ya que luego de cintas ya clásicas como El pueblo de los malditos y La profecía, o la más reciente Maligno, la realización española viene a sumarse con dos perturbantes y pequeñas figuras.
Los que son el desencadenante de la perversa historia dirigida por Rubin Stein, el realizador español que debuta en los largometrjes de buena forma con una trama inquietante y algo aterradora.
Donde los pequeños protagonistas son Tin (Carlos G. Morollón) y Tina (Anastasia Russo), mellizos albinos que son tan angelicales como perversos al momento de seguir ciegamente la religión.
Como lo descubre Lola (Milena Smit, La chica de nieve) tras adoptarlos junto a su marido Adolfo (Jaime Lorente, La Casa de Papel), para tratar de superar la pena de perder a sus hijos nonatos.
Maleficio
Como la “película taiwanesa más aterradora de la historia” fue calificada Maleficio, luego de su estreno en los cines de Taiwán y de recaudar de paso unos históricos US$ 5,7 millones de dólares.
Un éxito de taquilla que también se repitió entre la crítica local y que llevó a que Netflix adquiriera rápidamente los derechos de la cinta dirigida por Kevin Ko, para llevar su apuesta por el horror al resto del mundo.
La cual combina dos métodos narrativos usados ampliamente en este género: el documental falso y el found footage, o metraje encontrado, para mostrar un relato que supuestamente se basa en un caso real.
El cual habría involucrado a una familia de adoradores de una secta y donde una madre arrastra una maldición que afecta a su pequeña hija, haciendo lo imposible por detenerla.
Así el espectador es testigo de una sucesión de espeluznantes vivencias que se conocen por lo registrado en videos caseros, celulares y cámaras de seguridad, que lo enfrentan a una escalofriante narración bien ejecutada y bien actuada.