Somebody feed Phil: así es el capítulo dedicado a Chile de su nueva temporada
La sexta entrega de la docuserie conducida por Philip Rosenthal incluye un episodio en el que el guionista y productor estadounidense llega por primera vez a este rincón del mundo, conociendo los sánguches de la Antigua Fuente o la Picá de Jaime, y la cocina de Rodolfo Guzmán en Boragó.
En 2015, después de conocer la fama como creador del sitcom Everybody loves Raymond, el guionista y productor estadounidense Philip Rosenthal se enfocó en I’ll have what Phil’s having, el espacio de PBS donde recorría el mundo probando su gastronomía. El mismo concepto que, después de emigrar a Netflix, se transformaría en Somebody feed Phil.
La docuserie que debutó en el streaming en enero de 2018, mostrando nuevamente a su conductor y protagonista en encuentros con la gastronomía, las personas y la cultura de diferentes rincones del planeta, además de ofrecer un vistazo a los emprendimientos que mezclan comida con ayuda social en las ciudades que visita.
Así, tras cuatro años de viajes y descubrimientos de sabores, Rosenthal retornó a la plataforma la sexta temporada de su espacio.
Y uno de los capítulos está dedicado por primera vez a Chile, haciendo de locales y platos de Santiago y Valparaíso las estrellas del cuarto capítulo de esta nueva entrega.
Los sánguches de Santiago
La que se inicia con el anfitrión en plena cordillera de Los Andes, afirmando que “hay lugares que él creía que nunca pisaría… este es uno”, para luego mostrar su primera visita a Santiago de Chile, un lugar que para él sonaba exótico y del que no sabía qué esperar, porque no conocía mucho sobre su comida. Aunque esto pronto cambiará.
Esto porque a los minutos de iniciado el programa de Rosenthal en Chile -un “país largo y delgado”- este tiene un sabroso cara a cara con una de las preparaciones emblema del territorio: el sánguche -así, tal cual-, en compañía de la cronista gastronómica Isidora Díaz, la primera de varios anfitriones locales que lo lleva a distintos sectores de la capital.
Así, su primera parada es la Antigua Fuente, donde prueba un generoso sándwich rumano, donde le llama la atención el tamaño del mismo y la cantidad de mayonesa que lleva, mientras habla con Díaz sobre el estallido social y la reciente aprobación del matrimonio gay.
Una primera y sabrosa parada a la que seguirán sus visitas a Franklin y La Picá de Jaime, donde pide un lomito completo nuevamente con mayonesa y bastante palta, para luego probar en el Barrio Lastarria el churrasco marino del Bar Liguria, acompañado de un cóctel de autor.
Del Boragó a las ollas comunes
Pero del sánguche Phil pasa a la gastronomía de alto nivel visitando Boragó, uno de los 50 mejores restaurantes del mundo, como él mismo lo afirma, donde su dueño y motor creativo, el chef Rodolfo Guzmán, lo recibe con una degustación de su “corderito”, el cordero magallánico que se prepara por 14 horas.
Para luego hacerlo pasar a su laboratorio culinario, donde le ofrece una muestra de su singular visión sobre la cocina y el uso de los ingredientes de esta tierra, en especial los usados por los mapuches como las plantas de roca, y su mar, como el picoroco y el piure, el cual no le gusta mucho al conductor y volverá enfrentar poco después.
Ya que en Ambrosia Bistró, su chef Carolina Bazán lo hace probar el piure en otra preparación, para luego realizar una rápida visita a Valparaíso, donde conoce los dulces y el sandwich de berenjena del Café María María.
Y al regresar a Santiago saborear los platos con ingredientes marinos del gastrobar Demencia y el restaurante La Calma.
Además de conocer el trabajo de los comedores comunitarios respaldados por la fundación Por Todas -en la visibilización de ayuda social siempre presente en el espacio-, y mostrar algo de la Catedral de Santiago y el Museo de Bellas Artes, en el apartado turístico que todo el tiempo acompaña a la gastronomía en Somebody feed Phil.
Comentarios