Casi un año pasó desde que Vikingos: Valhalla llegó a Netflix, retomando las sagas nórdicas que el público conoció gracias a Vikingos y su trama centrada en los años de Ragnar Lothbrok y sus hijos.
Así, la por entonces debutante creación de Jeb Stuart nuevamente mezcló historia con drama y fantasía, para mostrar las vivencias de otros héroes y villanos escandinavos, pero 100 años después.
Cuando se inició el declive de la denominada “edad dorada” vikinga y el espacio introdujo al príncipe Harald Sigurdsson de Noruega (Leo Suter), luego de que se salvara de la matanza del Día de San Bricio.
La cual fue ordenada por el rey inglés Etelredo II (Bosco Hogan) para eliminar el “problema vikingo”, al mismo tiempo que a Kattegat, en suelo nórdico, arribaron dos hermanos desde Groenlandia.
Los hijos de Erik el Rojo, Leif Erikson (Sam Corlett) y Freydís Eiríksdóttir (Frida Gustavsson), que llegaron en busca de venganza, pero terminaron involucrados en una historia mayor.
Una nueva aventura para los vikingos
Donde sus destinos se unieron con el de Harald y otros personajes, como el Rey Canuto (Bradley Freegard) y el hermano del príncipe noruego, Olaf Haraldsson (Jóhannes Haukur Jóhannesson).
Los que también son parte de la segunda temporada del espacio, que en sus ocho capítulos retoma las aventuras del joven trío protagónico un poco después de lo conocido en el ciclo anterior.
Cuando Olaf ha sido tomado prisionero por el padre de Canuto, Forkbeard (Søren Pilmark), después de su fallido intento por apoderarse de Kattegat, al mismo tiempo que Leif va tras sus pasos.
Lo que ocurre mientras al norte de Noruega, en Hålogaland, Freydís y Harald sobreviven lejos de la civilización, pero este último decide volver a Kattegat para reclamar su lugar como soberano.
Mientras en Londres, Emma (Laura Berlin) reina Inglaterra aconsejada por Godwin (David Oakes), a la espera de que su esposo, Canuto, retorne de su batalla con los vendos en suelo danés.
Los caminos se dividen
Pero las cosas serán aún más difíciles para Freydís, Harald y Leif luego de que Olaf llega a una acuerdo con Forkbeard y el trío protagónico debe escapar de Noruega para continuar con vida.
Lo que da inicio al corazón del relato, donde sus destinos se ven divididos tras el viaje de Harald y Leif hacia Nóvgorod, en Rus, y el de Freydís a Jomsborg, el refugio de los paganos en Pomerania.
Lugar donde ella adopta su posición de guardiana de la fe para instaurar una nueva Upsala, en cuanto su hermano y ex pareja se imponen la tarea de buscar un nuevo destino en Constantinopla.
Lo que los hará afrontar renovados peligros y algo de romance, además de conocer a figuras como Harekr (Bradley James) y Mariam (Hayat Kamille); mientras en Londres Emma teme por su vida.
Todo lo que se va conociendo en una trama que mantiene y por momentos redobla el ritmo que caracteriza a Vikingos: Valhalla, haciendo de esta entrega una bienvenida y entretenida adición a la saga nórdica.