A estas alturas Black Mirror no es un nombre que se nos escape a la memoria. La serie que habla sobre tecnología y los horrores que podrían llegar a suceder gracias a la modernidad, estrenó en Netflix su cuarta temporada, el pasado 29 de diciembre con seis nuevos extraordinarios capítulos.
La serie de Charlie Brooker, nos trae los mismos dramas que muchas veces coinciden con la realidad actual, pero mucho más exagerado y en cada capítulo un director nuevo.
USS Callister
Como primer episodio de la serie, es el mejor y más intenso. La trama que primeramente entrega una cierta de lastima por el protagonista, con el tiempo toma un vuelco inesperado y alucinante.
El capítulo dirigido por Toby Haynes (Sherlock y Doctor Who), está ambientado en la normalidad de una oficina y en el espacio exterior tipo Star Trek, donde una tripulación hace todo lo posible para derribar al autoritario líder del USS Callister cuando llega una nueva tripulante a cuestionar la realidad de la nave.
Arkangel
Una madre soltera y sobreprotectora decide insertar un localizador gps en su pequeña hija al pasar un susto jugando en el parque. Sin embargo, la aplicación no sólo sirve como un rastreador, otras opciones que contiene el programa comienzan por deteriorar la relación entre ellas con el tiempo.
Este segundo capítulo dirigido por Jody Foster y protagonizado por Rosemarie Dewiit, muestra cómo las intenciones de proteger a una hija terminan por exponerla más de la cuenta y quitarle privacidad.
Crocodile
Mia Nolan (Andrea Riseborough), es una arquitecta reconocida y que al ver amenazada su exitosa carrera y vida, hace lo que sea necesario para que nada ni nadie lo arruine. Un secreto guardado hace quince año vuelve a recordarse cuando recibe un mensaje de su antiguo amigo Rob (Andrew Gower).
Y como el reencuentro no logró ser buena cita, Mia tendrá que luchar para que nunca se sepa la verdad, más aún cuando una investigadora de seguros toca su puerta pidiéndole colaboración en un caso. Dirigido por Jhon Hillcoat, la crítica alaba este capítulo no sólo por la temática de la incesante lucha de Mia con la verdad, sino también por lo oscuro y perfecto que se pueden apreciar los paisajes islandeses.
Hang the dj
Y tal como se repitió en la temporada anterior, siempre hay un capítulo en Black Mirror que nos deja respirar de tanta angustia hiperteconologizada. Hanj the dj es la historia de amor que obedece de una aplicación.
Frank y Amy se conocen gracias al azar de un programa de citas que promete a sus usuarios encontrar al amor de su vida. Sin embargo, nadie puede desobedecer la ruleta de la aplicación y después de estar destinados a permanecer sólo una noche juntos, sus protagonistas encuentran la solución para derribar al sistema y escapar de lo que se les tiene predestinado.
Metalhead
En un mundo con sólo vestigios de humanidad y en absoluto control de robots asesinos, Bella, (Maxine Peake) corre para dejar de ser rastreada por uno perros robóticos que matan a todo humano que se le cruza. Este quinto capítulo, dirigido por David Slade, es el primer episodio filmado completamente en blanco y negro
Se posiciona como el capítulo con menos tecnología entrometida en su trama, pero con más cuota de realidad por lo mismo.
Black Museum
Una viajera cualquiera se topa con un particular museo en la estación de recargo de energía para autos. Al encontrarse sin nada de carga, decide distraerse en un desértico lugar y entra a conocer una deteriorada galería que colecciona extraños objetos que en algun momento dieron muerte a vidas humanas.
Dirigido por Colm McCarthy, este sexto y último capítulo de la, serie se posiciona como una espectacular venganza por parte de Nish (Letita Wright) quien sabía algo más que detalles sobre este tenebroso lugar, y escucha atenta pero poco impactada las historias que su dueño y creador, Rolo Haynes, (Douglas Hodge) le cuenta mientras le hace un personalizado tour por el museo negro.