Zona de riesgo: la nueva cinta de Netflix que se mueve entre el suspenso y la acción
Anthony Mackie protagoniza y produce el largometraje de la plataforma, donde un joven soldado se une a un androide biotecnológico en una arriesgada misión.
Hace un par de años, tras casi dos décadas como actor y saltar a la fama encarnando a Falcon de The Avengers, Anthony Mackie probó suerte como productor. Faceta que repite por tercera vez en Zona de riesgo, reservándose además el papel principal de la cinta de acción.
Una que llega a sumarse al listado de películas originales de Netflix, después de títulos del género como Misión rescate y Proyecto power, situando su historia en un futuro cercano, cuando la tecnología se volvió esencial para los ejércitos y los planes de defensa.
Así la trama de Zona de riesgo lleva hasta 2036, cuando una guerra civil afecta a Europa del Este, de la cual el despiadado jefe paramilitar Viktor Koval (Pilou Asbæk) sacó provecho, mientras soldados robots estadounidenses se unen a los humanos para mantener la paz.
Pero en tanto ese conflicto se desarrolla en suelo europeo, muy lejos de ahí, en una instalación militar en el desierto de Nevada, en Estados Unidos, el joven soldado Thomas Harp (Damson Idris) trabaja guiando los drones que también son parte de su ofensiva.
Labor en la que es testigo de cómo dos de sus camaradas caen heridos y recibe la orden de sus superiores de esperar a que sean retirados antes de seguir con el ataque. Sin embargo, Harp desobedece y lanza un misil provocando su muerte, pero salvando a 38 soldados más.
Como castigo a su imprudencia, al inexperto teniente lo envían al Campamento Nathaniel, cerca de Ucrania, donde por primera vez experimentará el combate cuerpo a cuerpo, bajo las órdenes del imperturbable Capitán Leo (Mackie)
Un conflicto entre humanos y máquinas
Poco después Harp descubre que su jefe directo no es humano como parece, sino que es un androide biotecnológico que el ejército norteamericano está probando. Y que además debe acompañarlo en una peligrosa misión en zona de guerra.
En esta, Leo y Harp deben transportar a un campamento de civiles, específicamente a su hospital de campaña, varias dosis de vacunas. Pero Leo en verdad está ahí para encontrar información sobre el paradero de Koval y así evitar una tragedia mundial.
Esto porque el caudillo, denominado “el terror de los Balcanes”, lidera al grupo terrorista de los krasnys que desea anexar definitivamente Ucrania a Rusia, y para concretar su plan de dominación debe apoderarse del arsenal nuclear ruso que se escondió tras la Guerra Fría.
Una peligrosa aventura marcada por los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, donde el soldado biotecnológico dejará en claro su superioridad en fuerza y velocidad, mientras sostiene conversaciones con el joven teniente sobre qué hace humano a un humano.
Pero también se harán presentes algunas revelaciones que podrían cambiar el curso de las cosas y el futuro del desigual dúo militar. Donde no todo o todos son lo que parecen, y se suma la Resistencia al enfrentamiento entre estadounidenses y a la guerrilla de Koval.
Lo que hace de Zona de riesgo una correcta película de acción, con mucho de suspenso, que en su búsqueda por diferenciarse de otros títulos del género se arriesga a confundir un poco al espectador, pero nunca pierde su ritmo ni el foco en su tecnologizado personaje principal.
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