El castillo ambulante, la historia pacifista de Studio Ghibli que llegó a Netflix

El castillo ambulante, la historia pacifista de Studio Ghibli que llegó a Netflix
El castillo ambulante | Studio Ghibli

Si bien Chihiro, Mononoke o Kiki eran grandes personajes femeninos de Studio Ghibli, El castillo ambulante fue una historia que nos mostró una heroína que es anciana.

Tras el éxito de El viaje de Chihiro, millones de personas conocieron a Studio Ghibli, el reconocido estudio de animación japónes. Un suceso que dejó también una duda: su siguiente filme, ¿alcanzaría ese nivel? La respuesta llegó con El castillo ambulante.

Cuando se estreno esta cinta, en 2004, el director Hayao Miyazaki superó todas las expectativas con esta hermosa historia que, incluso, tuvo una nominación a los Oscar del 2005 a Mejor Película de Animación.

La misma que hoy puedes ver en Netflix desde abril, gracias a la última tanda de películas del estudio de animé que llegó al catálogo del gigante del streaming.

Eso sí, ahí la encuentras con otro nombre diferente al que conocimos: El increíble castillo vagabundo.

Una nueva gran heroina

Imagen promocional

Basada en el libro de de la escritora británica Diana Wynne Jones, esta historia nos trae una nueva heroína. Si bien Studio Ghibli ya tenía grandes mujeres protagonistas, aquí muestra a una mujer mayor como el centro de la aventura.

Todo se inicia en un mundo fantástico que mezcla la tecnología y la magia, donde la joven Sophie es maldecida por la bruja del páramo, quien la convierte en anciana.

Ahí, Sophie decide iniciar un camino para eliminar la maldición, pese a ser anciana. Viajando sola se encuentra con el castillo ambulante, donde vive el aprendiz de brujo Howl.

Mientras Howl se niega a ser parte de la guerra que azota a la ciudad, Sophie busca cómo eliminar la maldición y, de paso, ayudar a este joven aprendiz de mago.

Pacifismo y vejez

El castillo ambulante | Studio Ghibli

Los hermosos paisajes y universo que creó Miyazaki en esta película tenían, como siempre hace Studio Ghibli, una mezcla con un hermoso discurso, donde prioriza dos asuntos: el pacifismo y la vejez.

Y es que para el director japonés las películas nunca retrataban o se centraban en héroes ancianos, y menos en una mujer mayor.

Aquí se retrata a una mujer mayor que no cae en estereotipos ni en los atractivos típicos de occidente. Es más, cuando Sophie es mayor tiene dolencias y no es atlética, pero aun así no teme en enfrentar su propio camino para lograr su objetivo.

El otro tema importante que retrató Miyazaki era el pacifismo, en una época donde Estados Unidos invadía  Irak, algo que disgustaba al director japonés.

El Castillo ambulante fue una apuesta para los nipones. Existía el miedo que un personaje de una anciana fuera aburrido para el espectador, pero el otro gran miedo era su mensaje pacifista y no sabían si los estadounidenses tomarían bien.

Los personajes no son retratados de malos y buenos, simplemente siguen sus ideales, con un Howl que se niega a la violencia y otros que buscan la guerra, sin darse cuenta de lo que significa esa decisión.

Un mensaje que era oportuno para el mundo en esos años y que Studio Ghibli se atrevió a entregar.

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