La Teoria del Todo, el estreno de la semana

Por

La Teoria del Todo, el estreno de la semana

Desde los albores de la cinematografía, el género biográfico ha sido uno de los preferidos a la hora de que los guionistas busquen la inspiración para sus próximos trabajos. Por lo mismo, a lo largo de los años, la pantalla grande se ha convertido en el espejo de las vidas de figuras de la historia, de la cultura y el espec-táculo.

Una de las últimas adiciones al extenso listado de biopics -el nombre dado por los estadounidenses a este género y que deriva de la abreviación de biographical motion picture- es La teoría del todo, película que humaniza la existencia de una de las grandes figuras de la física contemporánea: Stephen Hawking.

Bajo la dirección del inglés James Marsh, la cinta toma como inspiración para su relato el libro Travelling to infinity: my life with Stephen, la segunda de las memorias escritas por Jane Wilde Hawking y en la que se reviven las luces y sombras de su matrimonio de casi tres décadas con el científico británico.

La trama se traslada a la Inglaterra de comienzos de los 60, cuando en una fiesta, Stephen Hawking (Eddie Redmayne), por esos años en la Universidad de Cambridge, luego de su paso por Oxford, conoce a la estudiante de literatura Jane Wilde (Felicity Jones). Con ella establece una fuerte conexión, aunque pasan algunos días antes de que Hawking se reencuentre con la chica y la relación tome curso, llevándola incluso a comer con su familia.

Cuando el romance parecía llenar sus vidas de alegría, una grave caída del muchacho en el campus universitario lo lleva al hospital y a un alarmante diagnóstico médico: sufre de una enfermedad neurodegenerativa -la esclerosis lateral amiotrófica o enfermedad de Lou Gehrig-, que poco a poco lo irá privando de movimiento y en un par de años cobrará su vida.

A pesar del panorama sombrío, Jane decide casarse con Stephen y deja de lado su propio desarrollo profesional. Eso sí, luego del paso de los años y la llegada de sus primeros hijos, ella experimenta el cansancio de cuidar niños, una casa y a un marido enfermo, mientras él se convierte en un físico de renombre gracias a su teoría sobre los agujeros negros y el tiempo.

La relación de ambos se va desgastando, pero lo que se ve en pantalla es que, al mismo tiempo, va dotando a La teoría del todo de su mayor fortaleza: humanizar a Hawking, llevándolo más a allá de su enfermedad y sus brillantes aportes a la física y la cosmología.

Gracias a la capacidad de sus actores y la habilidad de los guionistas, la figura de Hawking se aleja de la caricatura fácil, de esa imagen de un hombre postrado sobre una silla de ruedas, y lo muestra como uno capaz de amar y, también, capaz de engañar a su mujer con su enfermera.

Las características que han hecho de esta realización parte esencial de las nominaciones a galardones como los Globos de Oro -en los que Redmayne ya obtuvo un premio por su actuación- y los Oscar, en los que el próximo 22 de febrero el largometraje llega compitiendo, entre otras, en las categorías Mejor Guión, Mejor Actor, Mejor Actriz (gracias a la solvencia de Felicity Jones) y Mejor Película.

En resumen, un biopic que se suma a la oleada de recientes cintas que también beben de la realidad, como Inquebrantable, la segunda incursión en la dirección de Angelina Jolie con su mirada a la vida del prisionero de guerra Louis Zamperini. Lo mismo sucede con El código Enigma, que expone la genialidad y el drama de Alan Turing, pero que las supera en la forma de exponer sus conflictos y dibujar su relato.

Título original: The Theory of Everything
Dirección: James Marsh
Actores: Eddie Redmayne, Felicity Jones, Tom Prior
Calificación: Para todo espectador.

Seguir leyendo