Adma Natural te ayudará a subir las defensas a través de la alimentación
Adma Natural lleva a tu casa preparaciones que estimulan el sistema inmunológico, como caldo de hueos, kombucha y yogurt de pajaritos.
La alimentación funcional es la propuesta de Adma Natural, el emprendimiento de la ingeniera química Yassna Sánchez Moyano, quien partió con una línea de cosmética natural y cero waste, es decir, sin desechos.
Ahora, junto a su pareja, Christian Rojas, apuestan por una línea alimentación prebiótica, lo que significa alimentos que aportan cepas de microorganismos que favorecen el efecto probiótico y, a la larga, promueven un buen sistema inmunológico.
Lo mejor es que te llegan a la casa, pidiendo a través de su página web
Además, puedes ver su blog si quieres ver más sobre cómo la macrobiótica natural puede ayudar a tener un mejor sistema inmunológico.
Mejorar el sistema inmunológico
¿Qué pedir en Adma? El Sauerkraut Rábano Betarraga ($ 6.500), que es el producto final de la fermentación de hojas la col, algo así como el chucrut, rico en vitaminas A, B1, B2 y C, que es vital para la absorción del hierro. por ejemplo, además de ser necesaria para numerosas reacciones en nuestro organismo.
Y está cargado de bacterias de las buenas, de las que favorecen la absorción de los nutrientes de los alimentos que comemos y protegen el intestino de los efectos de los medicamentos o de infecciones, por ejemplo.
Queda bien si lo pruebas en sándwich o ensaladas.
Otra alternativa es el caldo de huesos ($ 6.500), que es un concentrado de nutrientes, precursor del colágeno vital para tener una piel bonita, por ejemplo.
También el yogurt de pajaritos ($ 2.500), rico en calcio, magnesio, fósforo y vitaminas B y K, y el ghee ($ 8.500) la mantequilla clarificada.
En Adma también encuentras kombucha ($ 2.000), la bebida milenaria y probiótica que se obtiene principalmente del té y que se fermenta por medio de una colonia de bacterias y levadura, que aporta en antioxidantes que reducen el envejecimiento prematuro por ejemplo.
También conocida como el “elixir de la vida” y, según cuenta la leyenda, la tomaban los samurái antes de la batalla para obtener más energía.
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