Los restaurantes peruanos de lujo que tienes que probar en Santiago
Cierto, restaurantes peruanos en Santiago hay muchos. Tantos que cuesta elegir. Aquí nuestro recorrido de lujo por los que no puedes dejar de probar.
Karai
¿Conoces a Mitsuharu Tsumura? Te hablamos de “Micha”, el chef peruano de padre japoneses que está detrás de Maido en Lima, el restaurante número 7 en la lista de The World’s 50 Best Restaurants.
Karai, el restaurante nikkei ubicado en el piso cuatro del Hotel W, tiene su sello.
Claro que aquí se maneja con sazón propia, la del chef peruano Gerson Céspedes.
El mismo responsable de platos como “cebiche callao” ($ 9.900) hecho con la pesca del día, erizos y “picardía”, porque pica sabroso, dan ganas de otra cucharada aunque sufras un poquito.
Osaka
Osaka es el restaurante de Ciro Watanabe en Nueva Costanera.
Uno que de seguro te hará querer raspar hasta el último grano de arroz del sartén de hierro.
Y en el que se mezclan las técnicas de cocina japonesa, con el sazón peruano y el producto chileno.
Además de la creatividad de Watanabe, claro.
¿Ejemplos? Algún nigiri como el “gyutan” ($ 4.000) con una lengua blandísima al fuego y yema curada.
O el Pepoh Gohan ($18.000), un arroz al piure con chicharrón de mariscos, pebre, palta y alioli al merkén, que no puede más de rico.
El Cántaro de Oro
¿Que tiene El Cántaro de Oro que amerita vuelta?
A Oscar Gómez, el chef que estuvo a cargo de Astrid y Gastón, el primer restaurante de mantel largo peruano en Chile, y mano derecha del propio Gastón Acurio.
El mismo que abrió primero El Cantaro de Oro en Independencia, y ahora acaba de sumar un segundo local prácticamente al frente del Alto Las Condes.
Un gran comedor con estacionamiento gratuito y el sello de Oscar Gómez: alta cocina a precio accesible.
De muestra un botón. Pide el “magret de pato” ($ 11.900) con pepián -guiso- de choclo y salsa de chicha morada.
Sarita Colonia
Que comience la fiesta porque si se trata de celebrar, Sarita Colonia es la reina del baile.
O al menos la más coqueta.
Es que el estilo de este restaurante de tres pisos en la calle Loreto, es cocina travesti.
Es decir cocina peruana pero que se deja tentar, seducir o hasta mezclar con productos chinos, chilenos o incluso gringos, para dar con su propio juego de sabores.
Como “Julieta en el mar” ($ 13.500), un plato que acaba de entrar en carta y lleva macarrones con una base de erizos, más el pescado frito del día, y una chalaquita, que aquí es cebollita fina con habas.
Tan rico que de seguro se te sald un ¡Ay Sarita!
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