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Cora Bistró: el nuevo restaurante en Providencia que dará que hablar

Por Loreto Gatica16 Jun 2022

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Cora Bistró: el nuevo restaurante en Providencia que dará que hablar — Foto: Carolina Vargas

Es el nuevo restaurante imperdible. Un local pequeño, para 24 personas, con deliciosa cocina estacional, con productos orgánicos y vinos patrimoniales.

Anota el nombre Cora Bistró, que esos lugares que estará en boca de todos. Acaba de abrir en Monseñor Félix Cabrera, una tranquila calle de Providencia, de esas que quizás no te suene, pero por la que de seguro has pasado muchas veces.

Se trata de un pequeño restaurante con capacidad para 24 personas y que tiene una cocina a cargo de Manuel Balmaceda, joven chef que ha trabajó con Gatien Demczyna, chef con dos estrellas Michelin en el restaurante Le K2 Altitude, en Francia y en Santiago en el desaparecido Casa Esmeralda.

Aquí junto a su equipo, Marcelo Márquez, María Apparcel, Adrien Beyerboca y Jesús Roque en la barra, se luce con una carta de temporada de cinco entradas, cinco fondos y dos postres, que tiene el foco puesto en productos orgánicos y pequeños productores, comprados en la Ecoferia La Reina, por ejemplo.

Además de los pescados y mariscos de Con Agallas, que llegan fresquísimos, nada de pasar por el congelador.

Es una de esas aperturas que merece sí o sí una visita, experiencia que en Cora Bistró comienza con alguna de las entradas, como el tártaro de pescado ($ 9.000), de corvina levemente curada, con rabanitos, manzana verde, alcaparras y una emulsión de yema de huevo con miso, más una especie de brioche que queda delicioso con ese aliñito de mostaza y salsa inglesa.

O la sopa de hinojo y locos ($ 9.000), un caldo de locos con pedacitos del molusco que es puro placer, mezclado con una vichyssoise como la sopa de puerro y papa, con un toque de hinojo que le da un toque anisado.

Una apertura imperdible

También para partir es el escabeche mediterráneo ($ 9.000), ideal para compartir, que puede ser de pejerreyes o bonito encurtido, con berenjenas y pimentones encurtidos.

Además,siempre te encontrarás con un quiche de la semana ($ 7.000), de alcachofas con queso azul y nueces, por ejemplo.

En cuanto a los fondos de Cora Bistró, destaca el cochayuyo cornelia ($ 12.000), un plato de la mamá de Manuel, que es cochayuyo frotado con aceite de oliva y puesto en el horno hasta que quede crocante, hecho como un tomaticán, con ajo, cebolla y vino blanco, más papas frita, una yema de huevo, crema, cilantro y un toque de comino. ¡Delicioso!

Otro que es pura memoria emotiva es el huevo frito con puré ($ 12.000), con una maravilla de huevo hecho a baja temperatura, que luego se pasa por el sartén con un toque de ají color, más un puré imposible más cremoso. Todo bañado por un concentrado de caldo de hongos, chalotas y espárragos.

Además de la lengua y coliflor ($ 12.000), de ternera de libre pastoreo, que se deja dos días remojando en agua con sal y luego se cocina en jugo de carne, al vacío por 36 horas más. Queda sabrosísima, como si fuera mantequilla, y se acompaña de un puré de coliflor a la mantequilla, con chalotas y arvejitas.

Y los postres, al igual que la carta, van rotando de acuerdo a los productos de la estación. Puede tocarte membrillo y miel de ulmo ($ 5.500), que es membrillo sobre una masa delgada con almendras, sobre este granadas y acompañado de un helado casero de miel de ulmo.

O las castañas, chocolate ($ 6.000), que vienen con chocolate, triple sec para darle un toque de naranja y avellanas europeas.

Vinos patrimoniales en Cora Bistró

No dejes de probar los vinos en Cora Bistró, 10 etiquetas que van cambiando cada semana,y van entre los $ 15.000 y $ 30.000.

Además de cinco o seis variedades por copa, que rondan entre los $ 5.000 y $ 6.000. Todos elegidos con pinzas por la sommelier Rocío Alvarado.

Se trata de vinos patrimoniales, es decir, vinculados a nuestra historia o la forma en que se hace vino en Chile. “Pensamos en el vino como un alimento. Son vinos con historia, que rescatan nuestras tradiciones, ligeros de estructura, como los que se toma en el campo chileno”, cuenta Rocío.

Así, te encontrarás, por ejemplo, con un Imaginador, el Cinsault de Pedro Parra, uno tinto de Valle del Itata, o Pipeño, los vino campesino de Yumbel de Mauricio González.

Además de Glup, un Chenin Blanc de Longaví.