La cocina chilena está de luto con la partida de Doña Tina
Matriarca detrás del restaurante que lleva su nombre en Lo Barnechea y emblema de la cocina tradicional chilena, esta mañana falleció Doña Tina, a los 82 años.
Agustina Gómez de Olivares era su nombre real, pero todo el mundo la conocía simplemente como Doña Tina.
Así se llama también su más conocido legado, el restaurante para 450 personas que abrió hace más de 40 años en Lo Barnechea y que la convirtió en un emblema de la cocina chilena.
En los últimos años había dejado la cocina en manos de su hija y últimamente estaba retirada por problemas de salud, los que terminaron por provocar su muerte a los 82 años esta mañana, a las 7.40 AM.
Su familia informó la noticia a través de la cuenta de Instagram del restaurante. “Lamentamos comunicar el triste fallecimiento de una gran madre, abuela y bisabuela. Una mujer emprendedora, luchadora siempre preocupada y al frente de su familia”, fueron algunas de las palabras con las comunicaron la noticia.
Un partida que deja detrás casi medio siglo dedicado a la gastronomía tradicional chilena, la de preparaciones emblemáticas, como la platedad, el pastel de choclo y los porotos granados.
Doña Tina: puro ñeque y esfuerzo
Cocinera autodidacta, según contó en varias entrevista y en el libro Doña Tina entre recetas sabores y sinsabores, del periodista Mauricio Montaldo, la historia de Doña Tina es puro ñeque y esfuerzo.
Una que partió hace más de 45 años, cuando vendiendo pan amasado en las afueras de su terreno en el Arrayán se encontró con “Don Francisco”, Mario Kreutzberger, quien le preguntó por qué no hacía más pan, cuando vio que quedaba corta con los pedidos. Ella respondió que le faltaba plata para comprar más harina y el animador le pasó dinero.
Y así, sin saber leer ni escribir, comenzó su restaurante, con platos emblemáticos de la cocina chilena, como la plateada, que hizo 45 veces hasta que le quedó rica, o el pastel de choclo, que requirió 25 pruebas hasta dar con el sabor que buscaba.
Desde mediados de 2019 que dejó la cocina en manos de Angélica Olivares, su hija, y de sus siete hermanos.
Varios chefs lamentan su partida, como Gino Falcone, del restaurante Sarita Colonia, quien escribió en su cuenta de Instagram: “Gracias por siempre Doña Tina. Un baluarte de la gastronomía de Chile. Mujer tremendamente cariñosa y amable cómo su cocina”.
En tanto Claudio Úbeda, otro buen representantes de la gastronomía local, agrega: “el legado de Doña Tina emociona. Fui su comensal, disfruté esa mano sabrosa de cocina chilena, de ese ñeque, que por lo que le tocó vivir, nos da cátedra, cancha tiro y lado a todos los que actualmente nos estamos reinventando. Esperamos que esa historia, ese sabor, continúe”.
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