Dulcería Providencia es de esos delivery que quitan el sueño. Se trata de el emprendimiento del chef Álvaro Recabarren, quien tiene una carrera que incluye paradas en restaurantes con estrellas Michelin en Barcelona.
En estos tiempos de pandemia, decidió volver a su infancia, a los tiempos en que acompañaba a su abuela pastelera, Ana María Valero, a dar clases en el Inacap, cuando su sede estaba en el Parque O`higgins y tenía como alumnos a chefs de la talla de Guillermo Rodríguez.
Con esa memoria emotiva, más la recopilación de antiguas recetas con toda la tradición de la cocina chilena, dio forma a Dulcería Providencia, una pastelería que funciona sólo por delivery y donde puedes encargar dulces chilenos de toda la vida.
Te hablamos de esponjosos empolvados, chilenitos, merengues y alfajores, hechos en el día con ingredientes como manjar de campo y huevos de gallinas felices.
Con la tradición de la pastelería chilena
Dulcería Providencia es un delivery escencial para estos días, al que puedes darle un mordisco pidiendo su caja ($ 10.800), una maravilla con 12 dulces de muy buen porte, que incluye merengones, alfajores, empolvados y los chilenitos, que son de una hojarasca quebradiza y suave, con manjar y una buena capa de cremoso merengue.
También puedes encargarlos por separado ($ 900 cada uno) o alguna de las versiones especiales, como la milhojas huevo moll ($ 980), que tiene capas de alternadas de manjar y huevo moll (esa pasta en base a yemas de huevo y azúcar) o los empolvados ($ 980), esponjosos, de esos que se deshacen en la boca, rellenos de manjar lúcuma.
Además, si encargas con tiempo, de un día para otro, puedes disfrutar de la versión coctel ($ 15.000 los 50), que son de tamaño más pequeño.
Pídelos de martes a sábado, a través de su Instagram @dulceríaprovidencia.chile