Enclavado en una casa patrimonial de más de 100 años, es el restaurante más despampanante de Santiago. El mismo donde se luce una carta de cocina chilena a cargo de un equipo que comandan dos de sus chefs emblemáticos, Cristian Chacón y Alfredo Gutiérrez.

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A principios de 2018 se dio el notición. Habría la cuarta sede del Bar Liguria en toda la esquina de Merced con Lastarria. La misma que tardó más de seis años en levantarse, para así no alterar el edificio patrimonial que la alberga.

Y es que te hablamos de Bar Liguria ubicado en la Casa Valdés Freire, un inmueble de 1906 proyectado por Alberto Cruz Montt, el arquitecto detrás de edificios emblemáticos como La Bolsa de Comercio y el Club de La Unión.

El mismo que hasta el 2007 ocupaba el Instituto Chileno-Francés de Cultura. Mira los detalles aquí.

Un Inmueble de Conservación Histórica que alberga el bar y restaurante más espectacular de Santiago. 

De hecho, se trata de un restaurante de 1.800 m2, con cuatro niveles hacia arriba y dos hacia abajo (que aún no se habilitan), a cargo del arquitecto Patricio Rodríguez, el mismo detrás de todos los locales.

Además de un alma e identidad, llevada a cabo por Carolina Peña y Karina Berrier, socias de El Bazar de la Fortuna, quienes también han trabajado el look de todos sus restaurantes.

Puedes ver todo el detalle de los salones de este lugar aquí.

Liguria Lastarria: de cara al futuro

“Si el estallido nos puso en jaque, la pandemia y la crisis sanitaria fue un mate. No había oportunidades, no había salidas, eso creíamos. Había dos alternativas: irte a tu casa y anclarte en esa emoción vinculante de que todo pasado fue mejor o sentirte joven y construir un futuro”, dice Marcelo Cicali, líder espiritual de Bar Liguria.

Y lo dice desde su oficina ubicada en el cuarto piso de Liguria de Lastarria, a la cual llega temprano para abrir.

“Aquí me quedo. Decidimos construir un futuro. Es imposible volver  a lo que era la gastronomía hace 15 años atrás, pero si podemos construir un futuro, crecer profesionalmente, desarrollarnos. Hay que cambiar el discurso”, expresa.

También agrega: “Yo no puedo hacer nada por lo que pasa de la puerta hacia afuera pero si puedo hacer todo de puertas adentro”.

Hoy, a cargo del equipo encuentras a dos históricos cocineros del Liguria, Cristian Chacón, quien estuvo 14 años en los distintos locales del Liguria y tras un año fuera, volvió al Liguria de Lastarria.

Además de Alfredo Gutiérrez, quien fue por años el chef ejecutivo de Liguria y hace dos semanas regresó tras cerrar La Fuente Pajaritos, la maravillosa picada en Maipú.

“Estamos afinando cositas, como el temor que tenían los muchachos con la sal y los aliños pero hay platos como el chupe de jaiba que están de campeonato. Es cosa de darle amor a las materias primas”, asegura Alfredo Gutiérrez.

Identidad, compartir la mesa

De hecho, como es tradición la carta del Liguria Lastarria, se anuncia con pizarra puesta hacia la calle.

Y hay platos imperdibles, como el Chupe de jaiba ($ 15.800), con una maravillosa cantidad de carne de jaiba desmenuzada, cocinado con caldo de congrio, vino blanco, pan, crema, y sofrito clásico del chef.

También el Ossobuco arvejado ($ 16.800), con todo y su caldito; o el Costillar de chancho ($ 16.800), que viene con papitas a la provenzal. Perfectos para acompañar de una Jarra de Borgoña ($ 15.900).

Otro imbatible son los Erizos de caldera ($15.800), que vienen en salsa verde y tostadas con mantequilla; o el Pescado frito ($ 14.800), con ensalada chilena y ají.

Además del Conejo escabechado ($ 17.900), con arroz al perejil; o la Plateada ($ 17.400), asada con papas fritas.

¿Más? Tómate el tiempo de ver leer la carta de vinos.

“El responsable es Óscar Pérez, quien era jefe de garzones en Manuel Montt, entró a estudiar por las suyas a la Escuela de Sommeliers y armó la carta,  están visibilizados los valles y los enólogos. Es una forma de mostrar a las personas que encapsulan en una botella una forma de vida, una manera de ver y de vivir la vida”, explica Cicali. 

Por lo que encuentras alternativas como el de la mezcla tinta de Cacique Maravilla, Yumbel ($ 21.900); o Syrah de Lof, Maipo Andes ($ 34.600).